Pequeño observatorio

La absurda "libertad de panorama"

Alguien ha tenido la fantástica idea de hacer pagar unas tasas por fotografiar obras de arte

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Lo leo en una página entera de este diario. Alguien había tenido la fantástica idea de hacer pagar unas tasas a los que fotografiarán obras de arte o simplemente lugares públicos.

La fiebre impositiva que nos invade es un fenómeno moderno. Es cierto que ya había impuestos siglos atrás, pero solo limitados a productos agrícolas y a unos determinados privilegios. Si no me equivoco, no había la triunfante impostitis

El Parlamento Europeo ha tenido que abandonar su pretensión. Era realmente incomprensible que los ciudadanos tuvieran que pagar un impuesto para fotografiar monumentos y lugares públicos. No puedo imaginarme cómo se haría efectivo este impuesto. ¿Cuántos vigilantes inspectores deberían pasarse el día en la calle -haciendo turnos, claro- para cobrar el impuesto a los cientos de turistas que toman fotos del edificio de La Pedrera o la Sagrada Familia?

Sería una tarea abnegada y dificilísima. ¿Se tendría que pescar

En Bruselas, donde nace la idea, no hay tantos turistas como en Barcelona, pero en la Grande Place, que efectivamente es muy grande, deberían suprimir todos los cafés para poder hacer un bloque humano compacto de visitantes.

A partir de este conflicto ha nacido el que llaman «libertad de panorama». Fantástico. No será necesario enseñar el DNI para entrar en la plaza. Tampoco será indispensable hacer una reserva previa de un metro cuadrado. El espectáculo sería muy divertido: «A mí me toca ocupar el espacio F/86». «Mire, esto es más a la izquierda. Intente, primero, encontrar el corredor F y luego adelante. La plaza 86 no es muy lejos de la fachada del Ayuntamiento». «¿Pero ya tiene el ticket?».

He oído hablar de crear un impuesto para nacer.