Editorial

Jesús Hermida, un icono de la comunicación

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La ristra de adjetivos elogiosos suele ser siempre extensa para glosar a una figura fallecida, pero en el caso de Jesús Hermida -que murió este lunes a los 77 años de edad- están más que justificados. El periodista onubense adquirió -con una amplia trayectoria a lo largo de cinco décadas- la dimensión de icono de la comunicación en España, con una profunda huella en la prensa, la radio y la televisión. Tras sus inicios en la prensa escrita, se incorporó a TVE y fue corresponsal en Nueva York. A él le correspondió poner voz en España a uno de los grandes hitos de la historia: la llegada del hombre a la Luna. Hermida fue capaz, además, de desarrollar un estilo tan personal como audaz y riguroso a la hora de contar las noticias, empapado de lo aprendido en la meca de la televisión.

Esa instrucción de una década en Estados Unidos y su enorme inquietud le llevaron a convertirse en un innovador y modernizador de la televisión en España. Volvió en 1978, en los inicios de la Transición, y afrontó retos en TVE como fue la presentación del primer magacín matinal en directo. La misma actitud mantuvo cuando abandonó el canal público en 1987 para convertirse en director general de Antena 3 ante la llamada de Antonio Asensio, fundador de EL PERIÓDICO y entonces presidente de la cadena privada. Al margen de su apabullante biografía, otro hecho sostiene su etiqueta de icono. No hubo imitador, en su época de esplendor, que no parodiara una voz engolada, un tupé de rockero y unas pausas magistrales.