Iñigo el bueno

Méndez de Vigo, este miércoles en Santander.

Méndez de Vigo, este miércoles en Santander. / periodico

Carmen Juan

Carmen Juan

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

-"¿Qué es una reválida?", me preguntó ayer mi hija, y le respondí relamiéndome con satisfacción.

-"Algo que tú no tendrás que hacer". Y mientras lo decía sentí en mi interior un rugido huracanado del tipo Cristiano Ronaldo marcando un gol, ¡Siiii! ¡Fuera reválidas! Una prueba que me ofende incluso por su nombre ¿Qué es eso de tener que volver a demostrar tu validez para seguir estudiando, para poder tener un título que demuestre que has acabado un ciclo educativo? ¿Qué es eso de jugarte la nota de varios cursos en un solo examen? ¿Que el resultado de un día determine en un 40% tu trabajo de 4 o 2 años? Pues un burdo truco para sembrar de jóvenes las cunetas del sistema educativo. Jóvenes con problemas de aprendizaje, o problemas económicos, que se iban a jugar a una carta su futuro, porque, como decía Wert, la PAU "no funciona" porque "la pasan el 94% de los alumnos", Claro, mucha gente en la universidad.

En este país, podemos dividir las generaciones según los planes de estudio, convivimos los EGB, con los ESO, los BUP, los COU, los PREU, los bachilleratos, los Selectividad, los PAU. Tenemos el récord de reformas educativas, 7 en 35 años y un esfuerzo de originalidad para buscarles nombre: LGE, LOECE, LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOE, LOMCE. Estamos pidiendo a gritos un Pacto de Estado por la educación ¿No ven se que se están acabando las combinaciones de la L de ley, la O de orgánica y la E de educación? Habrá que empezar a bautizarlas como a los huracanes, o a las operaciones policiales.

He convivido con casi todas estas leyes de educación, pero nunca había visto una resistencia tan enconada como la que ha generado la ley WERT (recursos judiciales, iniciativas parlamentarias, huelgas y manifestaciones) ni una defensa más numantina que la ejercida por el Gobierno, empecinados en mantener sus errores, hasta perder la mayoría absoluta.

Ahora sale Iñigo, el bueno, y dice que no habrá revalidas, que habrá diálogo, que se retirarán los recursos, que se recuperará el consenso. Si Wert era como “el toro bravo que se crece en el castigo”, el bueno de Iñigo nos ha salido torero y a puerta gayola de la nueva legislatura ha cogido el toro por los cuernos y lo está afeitando.

Este ministro va al alza, llegó de tapadillo en una minicrisis de gobierno, directamente desde Bruselas a pocos meses de las elecciones. De maneras suaves  -limpio, educado y de buena familia, de los Méndez de Vigo de toda la vida- que dirían las abuelas, se ha consolidado en el cargo de ministro de educación, y se ha hecho un hueco como portavoz del gobierno en minoría, ofreciendo cada viernes su cara más amable.

La LOMCE le costó a Rajoy su primera gran derrota parlamentaria tras la investidura. Ahora, le ha dado a Rajoy su primer triunfo, Méndez de Vigo ha firmado la paz educativa. El bueno de Iñigo ha inaugurado una nueva etapa de entendimiento y diálogo y Wert… Bueno, a Wert siempre le quedará París.