Al contrataque

Ilustres eternos

SANDRA BARNEDA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Todos hemos soñado alguna vez con vivir eternamente; una idea con la que adultos y niños fantaseamos desde la inconsciencia y la realidad más supina que todo lo que empieza acaba. Pero y… ¿si ese final lo pudiéramos prolongar lo máximo posible? Un grupo de científicos, entre los que está el español Juan Carlos Izpisua, van camino de conseguir la primera vacuna contra el envejecimiento, el mayor desafío genético que posibilitaría posponer el final con mejor y mayor calidad de vida. No se conseguiría la eternidad pero sí que el reloj biológico se pudiera invertir. En la revista especializada 'Science' explican el hallazgo de que el envejecimiento es negociable en biología y que es posible pararlo e incluso revertirlo. Confieso que incluso habiéndolo leído más de una vez, no deja de parecerme un relato de ciencia ficción, digno de ser llevado al cine y de disfrutarlo en una tarde de palomitas y pantalla grande. Sin embargo, cuando se extingue la vida de ilustres, seres queridos o niños... desde las tripas desearía que esa vacuna fuese una realidad.

En la liviandad de la existencia, cada jornada expiran vidas. Esta semana hemos perdido a tres nombres ilustres que lucharon por sus ideales y dedicaron con empeño sus días. En esa eternidad de la palabra escrita les dedico un poco más de tinta para incrementar ese recuerdo colectivo a modo de agradecimiento por hacer nuestra existencia más bella. Angélica, Queca, Campillo supo captar la belleza en la cruda realidad de sus fotografías que tanto nos cautivaron. Premio Nacional de periodismo gráfico en 1980, cuyos trabajos fueron publicados en prestigiosas cabeceras como 'Der Spiegel', 'Paris Match' o 'Time', retrató nuestra democracia y defendió arduamente los derechos de las mujeres.

Un maestro del narrar

Igual que Soledad Cazorla; fiscal desde el 2005 de la Sala de Violencia sobre la Mujer, que se dedicó con ahínco a vigilar el cumplimento de la ley integral contra la violencia de género. Según los datos conocidos esta semana, queda mucho por hacer: más de 27.000 mujeres fueron identificadas como víctimas de violencia machista en el 2014 e inscritas en el registro central del Ministerio de Justicia. Cazorla entregó horas a la causa, para tratar de erradicar esa malformación social de la violencia más primitiva de un género sobre otro. Quien supo rodearse de mujeres y ensalzarlas fue Jesús Hermida, otra mente brillante que empeñó su vida para narrar, comunicar, contar nuestro mundo desde ese lugar tan suyo que consiguió embelesarnos a todos. Un maestro del narrar y saber estar que con Queca y Cazorla han cruzado casi juntos esta semana la estela del más allá. Todos nos quedamos un poco huérfanos, sintiendo nuestro propio reloj con cada despedida de nuestros ilustres eternos.