Las honras fúnebres de Sudáfrica

Héroes del siglo XX

Gandhi, Luther King y Mandela ejercieron la no violencia, no eran europeos ni blancos y sufrieron prisión

XAVIER BRU DE SALA

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Vistas las atrocidades que cometieron, poco deberíamos simpatizar con los héroes de la antigüedad. Eran sus héroes, de ninguna forma nuestros modelos. Al contrario, si admiramos, y con razón, a Sócrates observaremos que sus conciudadanos no le tenían precisamente por héroe sino por corruptor de la juventud. El cristianismo sí que presenta algunos héroes dignos de ser imitados, y si esto no es posible, admirados, empezando por el mismo Jesús de Nazaret. Para que no los confundan con los demás, los cristianos denominan santos a sus héroes. Otra tipología de héroe, más moderna, es la del romántico del siglo XIX, que no aceptaba las limitaciones naturales, ni de la naturaleza humana, y predicaba la asunción de un final trágico pero coherente con los principios del ser libre.

¿Y en el XX, cómo vamos de héroes en el siglo XX? Algunos de los que en la primera mitad fueron aclamados por las masas -tal vez las auténticas heroínas de la época- son y serán recordados como los más falsos de los redentores y los peores carniceros de la historia. No hace falta ni recordar los nombres de Hitler, Stalin y la infernal secuela. La lista de los verdaderos héroes empieza entre las dos guerras mundiales y triunfa en la segunda mitad del siglo. Si ponemos a Kennedy en el apartado que le corresponde, que es el de los mitos, los tres grandes héroes del siglo XX son Gandhi, Luther King Mandela. Por vueltas que dé y por mucho que pregunte, no salen otros que hayan sacudido las conciencias a escala universal y obtenido el máximo y más merecido de los reconocimientos. Con el final de Mandela, homenajeado estos días, termina una época de grandes transformaciones esperanzadoras que han beneficiado a muchos millones de seres humanos.

Gandhi, Luther King y Mandela presentan características comunes. Se diría que surgen de la nada, pero en realidad son hijos de la propia masa, a la que no dejan nunca de servir y que a través de ellos se hace protagonista de grandes cambios. Los tres potencian y encarnan valores que antes de ellos habían sido menospreciados o relegados. Ninguno de los tres es revolucionario, pero los tres revolucionarán las conciencias. Ninguno de los tres ha llegado al heroísmo a través la violencia, sino del mensaje, el ejemplo y la constancia. Ante la falta de resultados de la no violencia, Mandela practicó un corto tiempo el sabotaje de objetivos militares pero sin heridos ni muertos, sin dejar de impulsar la negociación y el perdón. Ni él ni sus dos predecesores, Gandhi y King, desfallecieron nunca. Los tres tenían hondas convicciones religiosas. Los tres cursaron estudios superiores. Los tres dieron sentido a su vida identificándola con la causa que defendían. Los tres fueron encarcelados, Gandhi King, en varias ocasiones; Mandela, media vida. Gandhi King fueron asesinados por fanáticos. Mandela ha muerto aclamado por todo el mundo (incluso por los hipócritas) después de haber desterrado el fanatismo de su país y haber comprobado el resultado positivo de su obra. Esperemos que la despedida de Mandela sea un signo positivo de la evolución de los tiempos.

Destaca sobre todo que el propósito liberador de los tres hubiera triunfado por la fuerza y la tenacidad de la razón, desobedeciendo un orden injusto. Gandhi liberó la India con el famoso método de la no violencia, que los ingleses no estaban preparados para comprender ni combatir. Por cierto, y va para quienes no conceden valor de cambio social a la literatura y las creencias, que la no violencia de Gandhi presenta raíces religiosas y es teorizada por Thoreau y Tolstói, con quien Gandhi mantenía un estrecho contacto.

Gracias a Luther King, discípulo directo de la no violencia practicada por Gandhi, unos mismos derechos humanos se empezaron a extender a toda la población norteamericana. Gracias a Mandela, el género humano dispone por fin, después de tantos milenios, de un ejemplo, el primero, de auténtica y fructífera reconciliación a gran escala. Los tres han dejado la humanidad mejor de como la encontraron. Ninguno de los tres héroes del siglo XX era europeo. Ninguno de los tres era blanco. Todos sufrieron malos tratos físicos por haberse negado a humillarse ante los blancos.

Gracias a Gandhi, Luther King y Mandela el siglo XX no es tan solo el del horror y la megamuerte, sino también y por encima de todo el del renacimiento de las esperanzas y un enorme salto en la igualdad y la dignidad de todos los seres humanos. Esperemos, deseemos y procuremos que el XXI siga el camino trazado por los tres héroes del siglo XX.