La rueda

Glòries: de provisionales a transitorias

RAMON FOLCH

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La enésima transformación de las Glòries ya ha empezado. Si van hoy, en coche o a pie, no pasarán por donde pasaban días atrás. Descubrirán que las calles de Badajoz y de Independència son una sola, por ejemplo. Verán que puede hacerse el recorrido perimetral sin problemas. Seguramente la cosa se complicará cuando se inicie el derribo del paso elevado y la Gran Via no esté aún soterrada, pero nada del otro jueves, me parece.

Visto el proyecto ganador del concurso del nuevo espacio Glòries, serán molestias para mejor. Estamos ante un formato urbano distinto que reúne las características del parque, de la plaza y del nudo de comunicaciones. Será un espacio construido con vegetación, no unas cuantas plantas decorando un espacio construido. Es muy diferente. Está por ver cómo funcionará, pero no cabe duda de que el proyecto es sólido y creativo. Y consensuado con los vecinos, además.

La singularidad añadida es que, en paralelo, el Ayuntamiento de Barcelona ha proyectado la transición. Las obras durarán años. La fórmula convencional era cargarse de paciencia. En este caso, se prevén usos varios durante el proceso. Es una novedad importante. Quiere decirse que se construirán cosas (jardines, equipamientos) sabiendo que habrá que irlos deshaciendo o moviendo durante las obras. O sea, que se usará el espacio entretanto.

Las obras en nuestras ciudades, en la actual coyuntura económica, deberán hacerse con mayor lentitud que antes. El proyecto del proceso y de los usos transitorios vendrá a ser casi tan importante como la propia obra final. Estamos a punto de abandonar las provisionalidades para instalarnos en las transiciones. Tendremos soluciones temporales en vez de solo molestias pasajeras en deslavazados espacios provisionales. Necesitaremos cintura mental. Pero saldremos ganando, creo.