La clave

Sánchez, colgado de la brocha

El exlíder del PSOE Pedro Sánchez, en un acto con militantes en Asturias.

El exlíder del PSOE Pedro Sánchez, en un acto con militantes en Asturias. / periodico

JUANCHO DUMALL

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Ningún dirigente político querría estar hoy en el pellejo del socialista Pedro Sánchez. El exsecretario general del PSOE anunció días después de ser defenestrado por los mandarines del partido que daría la batalla. Convencido de que los militantes de a pie eran mayoritariamente críticos con el giro dado por el Comité Federal (del 'no' a Rajoy a la abstención), Sánchez se mostró dispuesto nada menos que a recorrer España con su coche de sede en sede con el fin de reclamar la celebración de unas primarias para la secretaría general, ahora vacante. 

Los especialistas en detectar el olor a cadáver vieron ya que la intervención de Sánchez en el 'Salvados' de Jordi Évole (30 de octubre) no estuvo bien medida, especialmente cuando asumió el relato que hacía Podemos del proceso que llevó a la investidura de Rajoy. Surgió entonces la imagen, entre lastimosa y esperpéntica, del caballero andante recorriendo las llanuras de España a lomos de un rocín flaco.

Dos meses después de aquella entrevista/testamento, no se sabe si Sánchez va a concurrir a las primarias que deberá convocar la gestora del PSOE encargada de convocar el próximo congreso. El martes se reunieron en Madrid un grupo de afines a su causa para pedirle que encabece "un proyecto de izquierdas" dentro del partido.

NEGROS NUBARRONES

La cifra de los reunidos, 68, no es muy alentadora. La lectura de la prensa de la capital de España, especialista en sexar pollos, abunda en los negros nubarrones. "Ya no convence ni a los suyos", dice 'La Razón', mientras que el 'Abc' afirma que la reunión "tuvo un aire crepulscular". 'El Mundo' destaca que "no hubo ningún barón autonómico" y 'El País', quién sabe si arrepentido por el exceso de adjetivos sobre Sánchez denunciado por Juan Luis Cebrián, hace una información aséptica y nada entusiasta.

Sánchez ha podido comprobar en carne propia la dureza de la política cuando uno ha caído del pedestal. Barones regionales, diputados y alcaldes que un día estuvieron en el 'no es no' a Rajoy miran ahora hacia Susana Díaz, el valor seguro, hacia Patxi López, la tercera vía, o hacia el infinito. Hasta el que fuera su número dos, César Luena, le ha hecho una cobra que ríanse de la de Bisbal.