Frontis en Birmania

Vi el otro día en el imaginativo y aleccionador programa Quèquicom (El 33), un virtuoso análisis del pecho femenino a cargo del profesor Jaume Vilalta. Y entrevistando al genial dibujante Horacio Altuna, creador de las sugestivas y voluptuosas señoras que protagonizan sus historietas, le decían, a modo de reflexión y de reproche: «Hombre, Horacio, es que luego los hombres buscan esos sensacionales pechos que usted dibuja, y cuesta encontrarlos». ¡Ahh! Me ha venido a la cabeza este Quèquicom de Vilalta viendo el estreno de Pekin exprés en Antena 3 TV. Salen ahí dos concursantes, Yareli y María del Amor, que mi canario flauta Papitu y un servidor estamos convencidos de que han sido elegidas -léase contratadas- básicamente por el despampanante frontis que exhiben de forma desenfadada. Han comenzado el concurso circulando por Birmania, y estas dos criaturas están teniendo un éxito bárbaro. El personal asiático, mayormente el masculino, se queda muy extasiado ante esa explosión pectoral. Ellas son un poco chonis, todo hay que decirlo. Tienen expresiones muy delicadas. «¡Tiran más dos tetas que dos carretas! (..) ¡Si quieres asamblea, levanta la pata y mea! (..) ¡Si me la metes por el culo, señal de que me estás buscando!», van soltando mientras van circulando. Y claro, entre lo que dicen, y lo que enseñan, causan un revuelo bárbaro. O sea que, coincidiendo  sin saberlo con el análisis de Vilalta, los organizadores de Pekin exprés han incrustado a estas dos muchachas tan sueltas y de frontis tan notables, para dar un punto despendolado al programa. Contrastan, por ejemplo, con otros dos concursantes, la pareja de estudiantes Lorea (hija de José Mari Bakero, por cierto) y Ángel, que son un prodigio de disciplina y discreción. Esta disparidad humana entre los participantes es lo que le da sal a este programa. Y los monjes budistas birmanos, flipando.

EL PENE DE TYRION LANNISTER .- En esta 5ª temporada de Juego de tronos (C+) Tyrion sale poco, pero cuando aparece, disfrutamos. Esta semana cayó en manos de unos traficantes de esclavos. El jefe de la banda le quería matar. Y luego cortarle el pene porque: «El pene de un enano se paga muy bien en el mercado». ¡Ahh! Entonces Tyrion advirtió: «Cuidado, si me matáis no sabrán que el pene es de un enano». ¡Ahh! Con esta estrategia, de entrada salvó su vida. Veremos como se las ingenia ahora para que no le rebanen el badajo.