En Francia se le quiere

Harlan Coben es un escritor norteamericano que publica unos 'thrillers' apasionantes que, eso sí, se olvidan a los diez minutos de haberlos leído (veámoslo por el lado bueno: podemos volver a ellos al cabo de un tiempo y pasarlo tan bien como la primera vez). Aquí los editaba RBA -yo mismo traduje dos, 'Atrapados' y 'Quédate a mi lado'-, que hasta le concedió su bien dotado premio anual a la mejor novela negra, pero parece que se hayan olvidado de él, ya que sus últimas cuatro obras ('Six years', 'Missing you', 'The stranger' y 'Fool me once') permanecen inéditas en España a día de hoy.

En su país natal, el señor Coben vende sus libros como churros, pero por motivos incomprensibles, dado lo trepidante de sus tramas, nunca ha sido adaptado al cine o la televisión. Menos mal que nos quedan los franceses: en el 2005, Guillaume Canet realizó una espléndida adaptación de 'No se lo digas nadie', y ahora está emitiendo TVE una excelente miniserie de seis capítulos basada en 'Última oportunidad'.

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En ambos casos, la acción se trasladó a Francia, y en el de la miniserie, el médico protagonista se ha transformado en una doctora, pero tanto en 'No se lo digas a nadie' como en 'Última oportunidad', la fidelidad al texto y a su espíritu es absoluta. Y a tenor de los dos capítulos vistos hasta ahora -esta noche se emiten la tercera y la cuarta entregas-, 'Última oportunidad' es una de esas series que más vale la pena no perderse. Se hubiese agradecido algo de información al respecto por parte de TVE, pues yo mismo empecé a verla casi por casualidad y sin saber que andaba mi admirado señor Coben por en medio, pero igual eso es pedir demasiado a un ente en crisis permanente desde que José Luis Rodríguez Zapatero, aquel pedazo de estadista, decidió regalarle la publicidad a las teles

En cuanto a las novelas de Harlan Coben, puede que otro editor español debiera hacerse cargo de ellas ante la desidia de RBA, cuya colección de novela negra, ejemplar cuando la dirigía Anik Lapointe, languidece desde que esta fue despedida y se fue con su buen criterio a Salamandra. Y si los americanos siguen pasando de Coben para el cine y la televisión, confiemos en los franceses, cuya actitud se parece mucho a la de Hitchcok cuando decidió convertir en 'Vértigo' la estupenda novela 'De entre los muertos', del hoy algo olvidado tándem Boileau-Narcejac.