Félix...¿quería ser presidente?

Ferran Monegal

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Una gran y larga noche sobre Félix Rodríguez de la Fuente fue el tema que eligió Iker Jiménez para iniciar su temporada número 11 de Cuarto milenio (Cuatro). La primera parte del trabajo fue una evocación cariñosa, respetuosa y justa sobre la vida y obra de este gran comunicador, un naturalista extraordinario que consiguió una popularidad inmensa poniéndonos en nuestras salitas de estar toda la fauna ibérica. Su programa El hombre y la Tierra (1973-1980, TVE) alcanzó audiencias estratosféricas. La última vez que el imperio Mediaset evocó a Félix -lo tengo anotada con espanto en mi cuaderno- fue en junio del 2005, en el programa ¡Aquí hay tomate! (T-5). Le dedicaron una ristra muy canalla de improperios. Cayeron sobre él, con una voracidad estremecedora, pretendiendo transformarle en impostor. Decían que sus lobos no eran lobos, sino mansos perritos de opereta. Celebro, repito, que Iker haya dignificado el archivo de este imperio televisivo, colocando a Félix en el altísimo lugar que le corresponde.  La segunda parte del trabajo de Cuarto milenio fue más discutible. Entraron a fondo el terreno de las conjeturas acerca de su muerte, en Alaska, al precipitarse la avioneta en la que viajaba. Sembraron el plató de dudas acerca de si el accidente fue accidente, o fue un asesinato en toda regla. Es verdad que hay sombras no aclaradas en este suceso. Y que muchas pruebas han desaparecido misteriosamente, como las bobinas con las filmaciones del cámara de FélixTeodoro Roa. La revista Interviú ya publicó hace 35 años análisis y reportajes sobre las extrañas circunstancias del accidente. Iker y sus colaboradores han ido más allá. No sé si han rozado el amarillismo en busca del impacto. Lanzaron inquietantes hipótesis. Por ejemplo, que Félix aspiraba a ser presidente del Gobierno; y que Suárez le frenó («Porque dada su popularidad, Félix habría ganado por goleda las elecciones»). Al margen de este final, especulativo, el trabajo de Iker fue respetuoso.  Cariñoso con un hombre legendario que nos enseñó, entre otras muchas cosas, que el lobo no es el malo de la película. Lobito bueno, como decía José Agustín Goytisolo.

ARGUIÑANO .- Grupo de amigos. Uno pregunta: «La chica con la que estuve ayer por la noche ¿ha dejado alguna nota?». Otro responde: «Sí, un 3». ¡Ahh! Karlos Arguiñano ayer inauguró su nueva temporada de cocina con humor en Antena 3.