Felipe González, escrache y relato

JUANCHO DUMALL

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 Se equivocaría el PSOE si viera la supuesta larga mano de Pablo Iglesias detrás del boicot a la intervención de Felipe González y Juan Luis Cebrián en la facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid. Porque este escrache, que tampoco conviene sobredimensionar, es la expresión de una situación política nueva que los socialistas, tan pendientes de si se abstienen o no, de si son más o menos andaluces, ni siquiera han empezado a percibir. Entre las causas de la actual crisis del PSOE está no haber medido bien el significado del 15-M, con la tesis, llena de desprecio, de que no se puede hacer política con la indignación.

Las doscientas personas que ayer impidieron que el expresidente González, una de las figuras más importantes del siglo XX español, hablara en la universidad pueden tener ideas confusas sobre la transición, pero representan a un sector social no tan minoritario que no comparte el relato tejido durante años acerca de la salida del franquismo y los fundamentos de la democracia 'juancarlista'.

Pasados los años, la figura de Felipe González tiene muchos claroscuros. Pero las nuevas generaciones ven en él, con razón, a uno de los principales arquitectos del sistema de bipartidismo imperfecto que, además de estabilidad política, tan buenos réditos ha dado al PSOE y al PP y por el que se ha colado de manera irrefrenable el cáncer de la corrupción. González, un gran reformista del Estado, soporta, además, el estigma del GAL, la infame operación de terrorismo de Estado que se desplegó siendo él presidente. Si a todo esto se suma el elemento más coyuntural de que el expresidente ha ejercido de ariete a favor de los partidarios de que el PSOE deje gobernar a Rajoy, no es raro que se haya convertido en el enemigo público número uno para sectores como los de la algarada de la facultad.

¿REGENERACIÓN?

Dicho todo esto, cabe reflexionar sobre si la regeneración democrática a la que aspiramos debe hacerse a golpe de escrache, por personas encapuchadas que toman los pasillo de la universidad pública y, por tanto, de todos.