La rueda

Felip Puig debe quedarse

JOAN Barril

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Debo decir que elconseller Puig no me parece un indeseable de la política. Hay otros mucho más tramposos que él yPuig,en cambio, es trasparente como un adolescente con zapatos grandes. Pero eso no lo hace más perverso que a otros responsables de Interior. Los delanteros difícilmente encuentran su lugar correcto en la defensa. YPuigha pasado de ser un político de las cosas a ser un político de las multitudes. A la primera de cambio me lo han crucificado. Porque las multitudes, tanto las uniformadas como las civiles, son en tiempos de crisis más imprevisibles que nunca. Eso significa quePuig,ante el desalojo de la plaza de Catalunya, solo tenía dos posibilidades: que las cosas salieran mal o que las cosas salieran peor. Afortunadamante, solo salieron mal e, incapaz de preguntarse «¿dónde me he metido?», recurrió al infantil recurso de atribuir a los medios de comunicación la responsabilidad de las críticas.

Me gustaría saber qué ramo de flores le mandóSauraa su sucesor para que, en una sola mañana, le redimiera de tantas invectivas que el líder de Iniciativa cosechó durante su incierto mandato. Sobre todo después de haberse cargado las cámaras en las salas de interrogatorio. Tal como el ingenuo de Puigrecuerda, los Mossos son una policía democrática. Pero ante todo son seres humanos que cumplen órdenes y cuyos matices no saben aplicar. Yo estuve en el frustrado desalojo de la plaza y allí se vieron policías versallescos hablando con jóvenes dialogantes. Pero también cargas desproporcionadas sobre gente común entre la cual tal vez se escondían provocadores.

Puigtiene suficiente lucidez como para comprender que, en tiempos de paro juvenil, de desahucios vencidos y de recorte de plantillas, los buenos de la película no serán precisamente sus guardias. El llamado «monopolio de la fuerza» se puede ejercer de muchas otras maneras que con la porra enhiesta en manos de profesionales que entienden mejor la palabracontundenciaque la palabrapersuasión.Yo no quiero quePuigdimita. Me bastaría que la Conselleria d'Interior mirara a su interior y aceptara algunos consejos.