Editorial

Exigentes con los planes de Rajoy

Al plan de Rodalies le falta concreción para disipar las dudas sobre la viabilidad de su calendario de ejecución

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La Cambra de Comerç de Barcelona ha estudiado con detenimiento el anuncio que realizó el pasado 28 de marzo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para mejorar las infraestructuras en Catalunya. Aquel anuncio estaba centrado en la red ferroviaria, especialmente en el servicio de Rodalies. Hacía una previsión de más de 4.000 millones de inversión hasta el 2020 y 2.000 millones más hasta el 2025. La Cambra no ha cuestionado la viabilidad de la cuantía en relación a las obras previstas pero sí que <strong>ha puesto de alerta sobre los plazos de ejecución</strong>.

Tomando la referencia histórica, el plan puede ser tildado como hace la Cambra de «inviable». Es decir, si se ejecuta la inversión en los niveles y los ritmos que se ha hecho en las última décadas, el calendario va a costar mucho de cumplir. Seguramente, el Gobierno de Rajoy considerará que este informe está cargado de prejuicios. Pero lo cierto es que, como ya se dijo en su momento, al plan anunciado le falta aún concreción. Ni siquiera se ha empezado a mostrar en los presupuestos del 2017 que se están tramitando en el Congreso. Mientras no llegue esa concreción, difícilmente se podrán evitar recelos como los que ha explicitado la Cambra.

Hay otro aspecto del documento que merece igualmente el comentario. La Cambra considera que los procesos de estudio y adjudicación de las obras públicas son excesivamente lentos y farragosos, lo cual impide cumplir con los calendarios y agrava en muchos casos la lentitud derivada de la falta de acuerdo entre las diversas administraciones. Seguramente, los procedimientos pueden ser más eficientes pero hay que tener claro que el cúmulo de casos de corrupción  vinculados a la adjudicación de la obra pública obliga a redoblar los controles y a buscar la eficiencia sin reducir la exigencia. La Cambra hace bien en incidir en este punto pero también lo debería hacer con sus asociados para que no pujen a la baja para después solicitar modificaciones en el proyecto y ampliaciones de capital, prácticas que pulverizan los calendarios tanto o más que los procedimientos administrativos.

Y hace bien la Cambra en mostrarse exigente con el plan anunciado sabiendo que muchas de sus dudas se disiparán en el momento en que el Gobierno concrete las obras anunciadas por Rajoy.