GEOMETRÍA CIUDADANA

El triángulo informal del 2015

JOAN TAPIA

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Ha cumplido 74 años pero rebosa dinamismo y es un fijo del mundo financiero. Es la encarnación del 'establishment' económico con buenas conexiones. Su credo es la discreción, aunque si le conoces bien -nada fácil-, es sincero. Con una condición: reserva total. Encontré a Miguel en el AVE y quedamos para almorzar. Fue en Viavelez de Madrid. Buen asturiano. Mariano Rajoy acababa de decir que la crisis era pasado y estábamos en plena recuperación. De entrada, disparé:

-¿Qué va a decidir el alto comité de la burguesía para las elecciones del 2015?

No pudo evitar cara de susto, pero enseguida sonrió: «Sabes que eso no existe. En 1980, Alfredo Molinas, desde Foment, montó un fondo para evitar la victoria del PSC y el PSUC en las primeras elecciones catalanas. Ayudó a todo el mundo -hasta a ERC- para evitar el Frente Popular. Hoy eso a Gay de Montellá ni se le ocurre. Lo mismo en Madrid. La banca ha estado a punto de no poder nombrar a José María Roldán presidente de la AEB. Guindos no quería. Ese comité no existe... si algún día existió».

Pero está la CEOE y el Consejo de la Competitividad. «La patronal negocia con el Gobierno, mande quien mande, y con los sindicatos. El Consejo, las grandes empresas, quieren que España crezca. Así, tienen más beneficios y más prestigio internacional. Conoces a Fernando (Casado, su director), es un economista, no un intrigante. Siempre intentarán decir que el vaso está medio lleno aunque esté medio vacío. Ya empezaron a hacerlo con Zapatero». Esa es la auténtica doctrina Botín.

-Vamos al grano, ¿qué temen los del Ibex?

Respira hondo: «Esa es la cuestión. La mayoría están sorprendidos y desorientados. No todos confiaban en Rajoy aunque sabían que Rubalcaba iba a perder. Y lo preferían. Económicamente Rajoy lo ha hecho bien. No discutamos detalles sino lo esencial. Subió impuestos cuando llegó, que era lo que debía hacer para bajar el déficit. Sí, había prometido lo contrario para ganar (se encoge de hombros). Sí, retrasó el presupuesto del 2012 por Andalucía y perdió, pero luego Montoro -tras alguna tontada- subió el IVA. E hizo lo esencial: la reforma laboral».

-¿Qué ha crispado a la sociedad?

Se remueve en la silla. «Es que no se hacen tortillas sin romper huevos. España debía devaluar y el euro lo impedía. Había que bajar precios y salarios para ser competitivos: la cabronada de la devaluación interna. Cuando en el 82 Miguel Boyer devaluó la peseta un 8%, en aquel momento todos los activos, los salarios y los precios cayeron un 8% respecto al mundo. Pero fue un golpe seco, uniforme para todos. Por el contrario, la devaluación interna es un desordenado recorte de salarios y precios. Y ello exigía la reforma laboral. Zapatero avanzó poco, tenía miedo a Cándido (Méndez) y a CCOO. Rajoy también, pero ahí fue valiente y la flexibilidad laboral y salarial ha salvado a muchas empresas. El proceso ha sido duro. Somos más pobres, pero más competitivos. Y hemos tenido suerte con Draghi, los tipos de interés están bajos, y el PIB crece ya a un ritmo del 2% anual».

Le digo que se hizo demasiado ruido con Bankia, que la reforma fiscal no baja las cotizaciones sociales. Se ríe: «Hombre, no estamos en un concurso de belleza. Se podría haber hecho mucho mejor y ha habido errores. ¿Por qué demonios hacer pública la golfada de las tarjetas opacas de Caja Madrid? No sirve de nada y solo engorda a Podemos. Pero el rescate bancario, el aceite de ricino, ha funcionado. Volvemos a ser competitivos, crecemos y se crea empleo. ¿Con salarios bajos?. Con los que la empresa española se puede permitir. La globalización está aquí y para quedarse, diga lo que diga Pablo Iglesias…o el papa Francisco.

-Las encuestas dicen que el PP perderá.

-Ese es el drama. La economía mejora, pero la política va mal. Quizás falta tiempo. Rajoy cree que puede recuperar. En enero, la rebaja de retenciones va a ser un aumento de sueldo general que animará la demanda y creará más empleo. Pero sí, hay gran cabreo y desconfianza». Baja algo la voz y me acerco para oír: «La gente no puede tener confianza cuando el gobierno de una parte dice que España es una m... y quiere irse. Eso carcome. Y ni Zapatero ni Rajoy se han atrevido a ser sinceros. Tú lo has escrito. Es imposible que la gente acepte bajar su nivel de vida si no lo explicas muy bien. Y Rajoy calla… o hace propaganda. No sé qué es peor. Y contra Zapatero fue muy destructivo y ahora esa radicalidad -corrupción mediante- se vuelve contra él. Y el PSOE ha perdido autoridad moral. Por sus errores y por la descalificación del PP».