El 'gran salt' del 'president'

Junqueras ha aceptado la oferta de Mas por miedo y como mal menor

NEUS Tomàs

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En la canción El gran salt de Manel hay una estrofa que parece dedicada a Artur Mas"Agafa't fort i, si pots, cau amb els dos peus i en un lloc pla". Porque, visto cómo le está yendo, o el presidente de la Generalitat es uno de los catalanes con mayor poder de persuasión o tiene una suerte que para sí querríamos muchos. Solo así se explica que haya logrado convencer a Oriol Junqueras y a las entidades soberanistas de presentarse juntos el próximo 27-S. Eso después de que el líder republicano abjurase de la candidatura única con una convicción que hacía prever que esta vez Mas no lo lograría. Pero el presidente convergente, en una jugada digna de estudio en la facultad de Ciencias Políticas, se ha sacado de encima a Josep Antoni Duran Lleida, (que se ha quedado solo con media Unió) y ha logrado que Junqueras se avenga a compartir lista con Convergència. El #mejorunidos independentista ha hecho mella y el temor a que un Sí se puede catalán entrase como caballo de Troya en el Parlament para frenar al secesionismo habrán ayudado a Junqueras a tomar la decisión, -o para ser exactos, a cambiar de opinión-. Eso y las encuestas, que los políticos dicen no creerse, pero acaban influyendo en sus decisiones.

Ahora la incógnita es saber qué personalidades se incluirán en la lista y cuáles, a su pesar, quedarán fuera. Porque, a las cuotas de partidos habrá que sumar las cuotas de los independientes independentistas amigos de cada partido. Si tú me pones a Carme Forcadell, yo te coloco a Carles Viver Pi-Sunyer. Se presupone que los analistas han de ser capaces de hablar de cualquier cosa, y sobre todo de poder interpretarlo de manera didáctica. Pues ya les digo que no es así, o al menos en el caso que nos ocupa. Porque, ¿cómo se explica que ERC haya cambiado de opinión? Pues, como en la vida en general, porque entiende que es el mal menor y porque Mas, el estadista más tacticista de todos, amenazó con no convocar las elecciones. El mal menor o el acojone de los republicanos. Y si, además, acaban entrando en un Govern, cosa a la que se han negado reiteradamente -la versión oficial es que el presidente de la Generalitat nunca se lo ha propuesto de verdad-, Esquerra no tendrá fácil explicar tantos vaivenes. El papel del presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) , Jordi Sànchez, merecería un artículo aparte, ni que sea para detallar cómo ha ayudado a Mas a salirse con la suya.

Confesada, pues, la impotencia para poder explicar las claves de tanto movimiento táctico, más allá de la necesidad de unir esfuerzos para que no se pierda ni un solo voto independentista, prepárense ahora para unas semanas de quinielas sobre nombres vinculados a la universidad, la cultura o el periodismo dispuestos a ir en la candidatura. Abaníquense porque será agotador.