Diálogo necesario en pro del usuario del tren

Los años pasan y los usuarios de Cercanías y Regionales de Renfe siguen sometidos a la arbitrariedad de los retrasos de los trenes. De telón de fondo, la falta de entendimiento entre la Generalitat y Fomento. Los usuarios, en todo caso, se convierten en las víctimas directas de la falta de inversión y renovación de la red, que debería cumplir de forma impecable con el servicio y los horarios de un transporte imprescindible para mantener la actividad económica catalana.

La falta de diálogo entre las dos administraciones no favorece, desde luego, a los viajeros. La espiral de multas, anunciadas ayer por el Govern, y de recursos, publicitados por Fomento, solo puede llevar a prolongar una situación de desamparo ciudadano. La voluntad de un acuerdo tanto sobre el dinero que se deben entre sí como sobre la puesta en marcha de los órganos mixtos que pueden canalizar las desavenencias debe ser prioritaria para ambas partes. No se puede mirar hacia otro lado cuando los usuarios son víctimas -como sucedió el pasado septiembre- de la disfunción del servicio a causa de una huelga no convocada de forma oficial y legal por los trabajadores del sector. La prestación segura del servicio no puede, otra vez, sucumbir a la elusión de responsabilidad administrativa o a la pelea política coyuntural. La ley ferroviaria catalana avala la sanción económica que por primera vez aplicará la Generalitat a Renfe, pero ¿quién avala el funcionamiento de los trenes de Cercanías en los próximos años?