Desincronización

Es un estudio del CREAF, un centro de investigación en ecología terrestre, del Museu de Ciències Naturals de Granollers y de la Universitat de les Illes Balears. Se titula, para los más curiosos, 'Phenological asynchrony in plant-butterfly interacciones associated with climate: a community-wide perspective', y ha sido publicado en la revista 'Oikos'. Hago un resumen de urgencia: las mariposas, que chupan las plantas, y las plantas, que se reproducen gracias a la polinización, cada día están más lejos las unas de las otras. Hay un vídeo del estudio que lo explica muy bien: «Cuando la mariposa y la planta no se encuentran». Están 'desincronizadas'. Cuando la población de mariposas que alza el vuelo, después de haber sido huevo, oruga y crisálida, vive su máxima actividad, las plantas todavía no han florecido. El estudio advierte que los momentos de máxima floración y de más abundancia de mariposas que vuelan están separados, en los últimos años, por un promedio de 70 días, con picos ocasionados por lo que se denomina 'grado de aridez', una combinación del calor y la poca pluviosidad.

Todo este trabajo, ha sido llevado a cabo en los 'aiguamolls' del Empordà y el resultado es un desajuste terrible, una falta de coordinación pavorosa que no saldrá en las portadas de los medios de comunicación pero que hiela el corazón. Ya lo decía hace unos días el escritor griego Petros Márkaris: «Creo que tarde o temprano pasará algo gordo». Las alas de una mariposa pueden provocar un terremoto.