La clave

Decadencia 'versus' inconsistencia

No se puede ser hegemónico en la izquierda sin serlo en los dos territorios más poblados y que más diputados aportan al Congreso

ALBERT SÁEZ

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De manera más lenta que imperceptible, las aguas del bipartidismo vuelven a su cauce. Los sondeos apuntan a que Podemos no será, electoralmente hablando, mucho más que una Izquierda Unida renovada. En algún momento estuvo a punto de ser un movimiento candidato a sustituir al PSOE pero eso es imposible si los resultados en Andalucía, primero, y en Catalunya, después, son los que anuncian las encuestas. No se puede ser hegemónico en la izquierda sin serlo en los dos territorios más poblados y que más diputados aportan al CongresoCiudadanos, una vez corregido el tiro inicial del prodigioso Floriano, ha sido aupado a la primera línea política por los mismos que incubaron a Ciutadans y bascula entre ser la bisagra autonómica y municipal que fue el último CDS o quedarse en una nueva operación Roca a la caza de esos liberales que nunca afloran más allá del Ebro. En todo caso es el partido más cunero de la historia de la democracia puesto que su candidato consigue en Andalucía que le voten la mitad de las personas que le conocen. Un milagro de la ciencia política. Democracia todavía menos real que el régimen del 78.

Poco maduros

Avanzamos, pues, a ritmo vertiginoso hacia Lampedusa con un gran revuelo que lo dejará casi todo en su sitio. Ya pasó con el relevo de la jefatura del Estado y ahora puede ocurrir en el sistema de partidos. Se puede producir el prodigio de que España -y según cómo Catalunya- pasen por la crisis institucional más bestia de los últimos 30 años sin cambiar apenas nada.

La decadencia de los partidos del 78 es más que evidente: los últimos tres tesoreros del PP imputados por corrupción, dos expresidentes socialistas de la Junta de Andalucía en igual situación y la familia fundadora de CDC paseando por los juzgados y las comisiones de investigación. Tan grande es la decadencia que la alternativa estalló sin estar madura, como esos gases que levantan la tapa de la olla cuando el agua todavía no hierve. Pero al amenazar a los instalados se ha evidenciado su inconsistencia. Veremos cómo se arregla el estropicio.