Gente corriente

David Aparicio: "Hay madres que se angustiaron un poco al verme"

'Acogedor'. Es uno de los poquísimos hombres cuya vocación es atender a niños de 0 a 3 años.

David Aparicio

David Aparicio

GEMMA TRAMULLAS

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Su voz inspira confianza; su actitud, serenidad, y su mirada, ternura. No dice «esto es así», sino «a mí me parece que esto es así». Es de las pocas personas ajenas a la familia a las que una madre confiaría su bebé con los ojos cerrados, pese a ser hombre. Pese a ser hombre porque, en pleno siglo XXI, es una rareza ver un rostro adulto masculino en una guardería. David pertenece al 1,4% de maestros de educación infantil -11 hombres frente a 713 mujeres- que atienden a los niños de 0 a 3 años en las guarderías municipales de Barcelona.

-¿La palabra maestro o educador no es rimbombante en estas edades?

-Me gusta más la palabraacogedor, porque se trata de acoger a los niños, acompañarlos y estar a su lado.

-Un acogedor como usted me contó que una familia desapuntó a su hijo al saber que le cuidaría un hombre.

-A mí no me ha pasado, pero hay madres que, con el tiempo, me han comentado que se angustiaron un poco y se plantearon muchos interrogantes al verme la primera vez.

-¿Entiende esta reacción?

-Sí, sobre todo si la madre tiene una experiencia de padre que no participa en el cuidado del bebé. Pero creo que las guarderías deberían reflejar la dualidad femenina y masculina, porque si no siempre transmitimos la idea que es la mujer quien tiene la función de cuidar. En barrios como el Raval esto es aún más necesario.

-¿Por qué?

-Pasé 30 años en guarderías municipales y ahora trabajo en el Espai Familiar del Raval, un centro al que vienen los niños con sus madres. Hay gente de Corea, de Alemania, de Francia, de Pakistán, de Marruecos, de Filipinas... y es maravilloso poder compartir la crianza desde una visión de gente de todo el mundo. Creía que a las madres musulmanas les costaría venir pero, aunque de entrada les sorprendía verme, les ha servido para ver que un hombre también puede cuidar de los más pequeños.

-Catalunya no es musulmana pero solo 91 hombres, frente a 2.555 mujeres, se matricularon en la carrera de educación infantil en el 2009-10.

-Me parece que esta sociedad valora que las mujeres hayan entrado en un mundo laboral tradicionalmente masculino, pero a la inversa no pasa: cuando es un hombre el que entra en un mundo tradicionalmente femenino, con peores sueldos y condiciones, eso no da prestigio. La sociedad tendría que valorar mucho más los primeros años de vida, porque mucho de lo que somos de adultos se forma en esta etapa.

-¿Por qué entró en este mundo?

-Yo siempre había querido ser maestro. Eran los años 80 y en el ámbito de los 0 a 3 años estaba todo por hacer, había pocos modelos, pero existían cooperativas escolares con mucha creatividad, mucha ilusión y ganas de hacer las cosas de otra manera. Al hacerse públicos, estos centros se fueron reglamentando.

-El espai familiar es otro modelo. Van juntos madres e hijos.

-Yo me daba cuenta del drama que puede significar para una madre el momento de la separación, de tener que dejar a tu hijo, que es lo que más quieres en el mundo, en manos de otra persona. Tienes que transmitir mucha confianza para que esa madre dé ese paso con tranquilidad.

-¿Pero eso es posible?

-Es muy importante que las madres sientan que quien conoce mejor al niño son ellas, que ellas son las expertas y que tú como educador tienes que acoger todo lo que ellas te transmiten. ¿Quién sabe mejor que la madre lo que le pasa a un niño? Hay muy pocos espacios que acojan la maternidad y que pongan en valor a las madres, que se sienten invisibles. Elespai familiar las refuerza.

-¿Cómo?

-Ven que una madre ha empezado por la fruta y otra por los cereales y se dan cuenta de que no hay una única manera de hacer las cosas, que lo que dice el pediatra es relativo y que lo importante es hacer aquello con lo que tú te sientes bien. Si tú te sientes bien, tu hijo se sentirá bien.

-Según un estudio reciente les dedicamos apenas 23 minutos de calidad diarios a nuestros hijos.

-Un niño es una oportunidad que tenemos los adultos para reinventarnos y resituarnos y la estamos perdiendo. El niño nos obliga a cuestionarnos la vida que llevamos. Si atendiéramos a todas las preguntas que nos generan los niños, quizá evolucionaríamos mucho más,

-La parte buena es que cada vez más hombres se dan cuenta de ello.

-Está cambiando, y con la crisis hay más padres que no trabajan y participan en el cuidado de los hijos. No hay mal que por bien no venga.