Órdago soberanista
El cuento de la buena pipa
Entre Puigdemont, Maza y otros seguimos dando una imagen deplorable que atrae, por cómica, a los observadores mundiales
Javier Aroca
Analista político
JAVIER AROCA
Creíamos que habíamos llegado a alguna parte, algo de sensatez se observaba dentro de la gravedad de las medidas adoptadas por el Gobierno central. La entrega se hacía en orden, no sin desórdenes, consentidos, de los beneficiarios colaterales de todo este lío, pero la gente demostraba, una vez más, que sigue siendo lo mejor de nuestra sociedad; hasta los partidos aceptaban la situación, preparándose para la contienda electoral.
Hasta que surgió el Fiscal General de Estado, hasta que llegaron las primeras noticias de la espantá flamenca de Puigdemont. Del gran jurista sevillano Ángel López y López aprendí a no nombrar a los jueces por su nombre pero, querido maestro, los fiscales son otra cosa. Maza es para no olvidarlo, reprobado por el Congreso, aplica al Derecho lo prohibido ya hasta en la pesca, las artes de arrastre.
Ópera bufa en tierras flamencas
A Puigdemont tampoco le olvidaremos ya nunca, su ópera bufa en tierras flamencas pasará a la historia. Lo curioso es que unos y otros nos han demostrado, o disimulaban, incluida la prensa especializada, que no se saben ni el Protocolo 24 del Tratado de Funcionamiento de la UE sobre el derecho de asilo, ni la Ley 3/2003 sobre la Orden europea de detención y entrega, ambas muy en vigor. Cuando escribo estas líneas oigo de trasfondo hablar aún de exilio y extradición. Da igual, primero el titular, el lío, luego ya veremos. Un fracaso completo para todos los que alguna vez nos hemos dedicado a la enseñanza del Derecho europeo.
A pesar de todo, Puigdemont es hoy una estrella en la prensa europea, el Estado español necesitará, otra vez, los buenos oficios de Dastis. Hace poco vi en el Archivo de Indias de Sevilla una colección de recortes de la prensa satírica de finales del XIX en relación con Cuba y Filipinas. Tremenda desolación y desánimo sufrí al ver cómo analizaba la crisis la prensa capitalina. Unamuno ya lo dijo, otro día lo contaré. Lo cierto es que entre Puigdemont, Maza y otros no acabamos de encajar, seguimos dando una imagen deplorable que atrae, por cómica, a los observadores mundiales.
No salimos del "a por ellos" o del "más dura será la caída", y así nos lo ponen a todos muy difícil. Recuerdo que un medio anglosajón, con ocasión del golpe del 23-F, contaba cómo "un señor vestido de torero, había entrado pistola en mano en el Parlamento". Era Tejero con tricornio. Exóticos, expertos en dar el mingo.
El 21-D
Con todo, el antes molt honorable ha mentado la bicha, el 21-D. Nosotros aceptaremos el resultado, ha dicho. Pues sí , de eso se trata, de aceptarlo, por todos. Hoy, tanto el CIS como el CEO proponen hipótesis demoscópicas inquietantes, nueva victoria independentista, aumento de los independentistas catalanes. ¿Cómo piensan manejar esto? Que lo digan los que cobran por esto y relájennos de esas responsabilidades a los ciudadanos, perplejos de todo lo que está ocurriendo.
A veces le escuché a mi buen amigo y gran poeta Juanjo Téllez que "no se puede hacer, ni el amor, ni la guerra". Pero no nos enteramos. Puigdemonty ahora Maza siguen con que ni que sí, ni que no, sino que si queremos que nos cuenten el cuento de la buena pipa.
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