EL APRESTO DOMINICAL

A cuenta de 194.000 millones

Rajoy comienza la campaña electoral con la pegada de carteles en la sede del PP

Rajoy comienza la campaña electoral con la pegada de carteles en la sede del PP / periodico

JOSEP-MARIA URETA

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La pregunta es muy simple: ¿Qué haría usted con 194.000 millones de euros? Una fortuna que, además, la ha heredado desde hace décadas. Y que no paga impuestos sino todo lo contrario, los recauda. Esa cantidad está disponible desde el 30 de octubre del 2015. Y sin embargo, los herederos no se han puesto de acuerdo en cómo repartirla y acuden a que se aplique el codicilio que acompaña a la herencia, escrito en la Constitución Española: que se vote de nuevo a quién corresponde la herencia. Ya estamos en ello. Tenemos elecciones el 26 de junio, tras las hogueras de Sant Joan, que marcan el cambio de solsticio. Será por el cambio climático, pero todos los pronósticos indican que por aquella época dominará el mismo clima que a finales de diciembre.

Quienes piensan que no hay diferencia entre los que mandan y los que aspiran a sustituirlos están en su razón. Y más con la que nos viene a través de las pantallas. Pero quienes son más exigentes, racionales y determinados, merecen una explicación para su voto, al menos en el análisis de los programas de los partidos. De manera especial en su aspecto económico. El escaso intervalo entre el 20 de diciembre y el 26 de junio permite suponer que los partidos contendientes tenían su programa ganador en la nevera, no en el congelador hasta cuatro años después (si se pierden las elecciones). Veamos cuatro ejemplos de cómo no es lo mismo votar a unos u otros.

(Paréntesis: En las elecciones generales de diciembre, tanto ERC como Democràcia i Llibertat acudieron con un programa que era prolongación del 27-S plebiscitario. Todas sus propuestas económicas estaban orientadas a obtener la independencia más que a influir en las cuentas del Estado).

Para poder distinguir el voto de acuerdo con los programas ya en el microondas, veamos el IRPF. Los de Podemos piden que se eleve para quienes ganan más de 300.000 euros, a la vez que se garantice una renta mínima para los más desfavorecidos. Ciudadanos quiere reducir los tramos de los que pagan y dejarlo entre el 18% y le 43%. El PP, solo rebajar la franja más alta de la contribución, en el 45%. Los del PSOE, indefinidos: “Reforma integral de la retribución de la riqueza. Ingreso mínimo vital para familias sin recursos”.

PROPUESTAS EN PENSIONES

Veamos otra parte de los programas de los partidos que ya se explicaron a finales del año pasado y que seguro será utilizado en los mítines que se avecinan: las pensiones. Proponen desde Ciudadanos que se eliminen los límites de jubilarse a los 65 años y que se establezca un retiro flexible, porque así se alivian las cuentas de la Seguridad Social. Los del PP, que mejor conocen la realidad de las cuentas, progresivsamente deficitarias, de la Seguridad Social, dicen en su programa que las pagas por viudedad y orfandad que hasta hoy siguen a cargo de los cotizantes a la Seguridad Social, pasen a ser pagados por el Estado en sus cuentas anuales. Un parche. Los de Podemos, que conocen los límites de cotización en los sueldos más altos y su efecto en la caja común a lo largo de los años piden, en el capítulo de pensiones, que se suban a la vez las pensiones más bajas y la edad de jubilación, y que quienes más cobran por nómina laboral, coticen sin los límites actuales. Los socialistas propusieron en diciembre, a expensas de que lo concreten mejor a partir de la convocatoria de elecciones, que quienes tienes derecho a pensión sin haber cotizado cobren menos de lo que esperaban en nombre del principio de sostenibilidad, que se conoce desde hace 1986 como Pacto de Toledo, un ejemplo irrepetible de políticos responsables, de derecha e izquierda para hacer sostenible el Estado del bienestar.

En junio se vota quién decide y cómo se gastan los 194.000 euros que recauda el Estado cada año. Los aspirantes pueden no estar a la altura. Pero cuando alcancen el poder, decidirán quién paga más impuestos y quién menos. Siempre a partir de los impuestos. De eso va la diferencia de hace dos siglos entre derecha e izquierda y sus programas para el 26-J.