La clave

Y Sánchez quemó las naves

JUANCHO
Dumall

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Pedro Sánchez ha decidido quemar las naves. La intervención del líder socialista en el debate de investidura de Mariano Rajoy fue una pieza sólidamente construida con un solo propósito: argumentar cara a la opinión pública el no rotundo e inamovible del PSOEno. Si alguien esperaba alguna vacilación, alguna ventana abierta a la abstención, algún posible acuerdo in extremis con el PP, el fondo y la forma del discurso de Sánchez lo han descartado por completo. Esta vez no se ha escuchado la coletilla del «a día de hoy...».

El mensaje vale también para los barones del PSOE, algunos de los cuales se disponen a presionar a su jefe para que el partido no sea acusado por una parte mayoritaria de la sociedad de ser el culpable de unas hipotéticas terceras elecciones. Él ha golpeado primero, y quien pega primero, pega dos veces.

Las razones del no fueron expresadas por el dirigente socialista con claridad y contundencia, como cuando dijo que España necesita un Gobierno, sí, pero que sea «limpio, social y creíble». O cuando repasó los delitos vinculados a la corrupción que afectan al PP y que hacen imposible que una fuerza históricamente antagónica a los conservadores pueda limpiar de pronto tantos pecados.

¿Y la alternativa?

El talón de Aquiles del discurso de Sánchez y de su estrategia política en estos momentos de zozobra es que no da una alternativa. Sobre todo porque ha repetido machaconamente que no quiere terceras elecciones. Nadie sabe qué va a pasar en el momento en el que, el viernes, la investidura de Rajoy sea rechazada por el Congreso. ¿Será entonces el tiempo de Sánchez para intentar una alianza con Podemos y Ciudadanos o un acercamiento a los nacionalistas vascos y catalanes? ¿Se limitará a esperar a las elecciones vascas y gallegas mientras se analizan con lupa las encuestas que se empezarán a hacer a partir de la semana que viene? ¿Desplegará una ofensiva política para convencer al electorado de que una repetición de elecciones no es culpa suya sino de Rajoy? Lo que está claro es que los próximos meses van a poner a prueba a Sánchez como líder político. Gloria o muerte.