El Consejo Europeo blinda al euro

El Consejo Europeo acabó la madrugada del sábado con resultados importantes. Se avanza en el pacto de competitividad, rebautizado pacto del euro, y se refuerza el Fondo de Estabilidad Financiera Europeo para evitar que la crisis de la deuda de algunos países haga peligrar la moneda común. Son pasos que se cerrarán en el próximo consejo de finales de mes.

El acuerdo se ha logrado por cesiones mutuas. Alemania -y los países con más equilibrio presupuestario (Holanda y Austria)- aceptan ampliar el fondo que ha evitado la quiebra de Grecia e Irlanda. En el futuro, podrá prestar la totalidad de los 440.000 millones pactados, lo que exige más esfuerzo a los países con mejor calificación. También podrá comprar emisiones de deuda de los países en dificultades, con lo que será más operativo. Y se ha rebajado ya el tipo de interés que se cobra a Grecia.

La contrapartida es que habrá que reducir las diferencias de competitividad entre Alemania, o Francia, y España o Italia, por no hablar de Grecia o Portugal. Es una decisión que se debía haber tomado hace años. Una moneda común es inviable a medio plazo con una política fiscal y una competitividad divergentes. El pacto del euro modera pero acepta las tesis alemanas. Pero no es tanto una imposición como algo necesario en una unión monetaria. Y Alemania es el referente, ya que no solo es la primera economía sino también la más competitiva y la que crea más empleo.

Los otros países deben tener en cuenta este referente y fijar criterios para limitar el déficit de sus administraciones públicas -no solo estatales sino autonómicas, lo que apunta a España-, armonizar sus impuestos (Irlanda no ha logrado el recorte de intereses de Grecia porque su impuesto de sociedades -el 12%- se considera desleal), aproximar las condiciones de las pensiones y hacer que los salarios tengan muy en cuenta la productividad para no perder competitividad.

La zona euro ha dado al fin

-con notable retraso- un paso serio para fortalecerse y superar la crisis. En nuestro caso, no es que a España se le dicte nada sino que la opción por el euro, hecha hace más de diez años, obliga a una coordinación progresiva de la política fiscal y a una aproximación de las economías.