IDEAS

Flirtear con Erdogan

Cada minuto que pasa con el escritor turco Hamza Yalçin en prisión preventiva en Can Brians crece el ridículo del gobierno de Mariano Rajoy ante el mundo civilizado

Jordi Puntí

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Cada minuto que pasa con el escritor turco Hamza Yalçin en prisión preventiva en Can Brians crece el ridículo del gobierno de Mariano Rajoy ante el mundo civilizado. Hace semanas que la comunidad internacional pide que sea puesto en libertad, o al menos extraditado a Suecia (donde vive, y de donde también es ciudadano), pero parece que el Gobierno esté valorando si prefiere flirtear con las ansias dictatoriales del presidente Erdogan, que lo acusa de "colaboración con el terrorismo". Sabemos que desde hace más de un año, cuando comenzó la purga de periodistas en Turquía, Erdogan confunde sistemáticamente, intencionadamente, la información con la propaganda. Los medios que no le son afines son unos traidores y su nivel de paranoia parece no tener límites. Hace un par de semanas, 17 periodistas del diario 'Cumhuriyet' fueron juzgados por las mismas razones en Estambul. Hoy día, ya hay más de 170 periodistas y traductores encarcelados, y en el último año cerca de 200 medios han sido cerrados en Turquía.

Si el Gobierno entrega al escritor Hamza Yalçin demostrará que la libertad de expresión no les interesa para nada, o incluso que les molesta

¿De dónde vienen las dudas de Rajoy y compañía? Como ocurre a veces con el sistema judicial español, el conflicto nace de la interpretación de la ley. Turquía hizo una demanda a la Interpol -el llamado Aviso Rojo- para que Hamza Yalçin fuera considerado terrorista. En lugar de cuestionar un acuerdo -el de la Interpol- que a menudo hace aguas por ser tan genérico, en España encontró a un juez que se lo tomó al pie de la letra, y venga, detenido. (Es el mismo juez, por cierto, que envió a prisión a los dos titiriteros de calle que hablaban de ETA).

Podemos creer que es la fijación de un solo hombre, que hace mucha calor y etcétera, pero es innegable que detrás hay un Gobierno sin ninguna prisa para desatascar la situación. Como decía otro escritor liberado hace poco, el turco-alemán Dogan Akhanli: "Yo creía que España estaba dentro Europa". Esta semana el Ministerio de Justicia ha recibido los papeles de Turquía pidiendo la extradición, y ahora tienen 40 días para tomar una decisión. Si no lo liberan enseguida, continuarán demostrando -esta vez por activa- que la libertad de expresión no les interesa para nada, o incluso que les molesta.