Editorial

Colau vista por Colau

La alcaldesa no pondrá en riesgo ni su formación, ni su gobierno ni su credibilidad por un referéndum no efectivo

Ada Colau

Ada Colau / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no se prodiga demasiado en los medios de comunicación. Sigue en este aspecto fiel a su etapa de activista social y se concentra en la acción que se corresponde con resultados concretos y en sus intervenciones en las redes sociales. En el ecuador de su mandato, repasa hoy en una extensa entrevista periodística los ejes básicos de sus dos primeros años de gobierno, desde el turismo hasta los pactos con otras fuerzas políticas. Y también la actualidad política general, porque uno de los hitos de estos dos años ha sido precisamente la creación de una nueva formación política, Catalunya en Comú, continuación de la Barcelona en Comú que dio la sorpresa en las municipales de hace solo dos años.

Frente a la presión mediática y en las redes para condicionar la actitud del Ayuntamiento de Barcelona en el referéndum unilateral del 1-O, diríamos que Colau hace lo que los clásicos denominaban una defensa de la autonomía de su formación política y deja claro que no se dejará arrastrar ni por la corriente de la mayoría que apoya al Govern –a la que considera excesivamente lastrada por las prisas– ni por el inmovilismo del Gobierno español. Por un referéndum con nulas posibilidades de ser efectivo por las condiciones en las que se pretende realizar, Colau no está dispuesta a poner en riesgo ni su propia formación, ni el pacto de gobierno con el PSC ni su credibilidad como alcaldesa frente a los funcionarios municipales. La alcaldesa de Barcelona no se deja, pues, impresionar por quienes pretenden una Catalunya dual en torno al 1-O.

Igual firmeza muestra Colau ante ciertos debates ciudadanos que algunos quieren envenenar, desde el turismo hasta la movilidad pasando por la vivienda. Frente a quienes acusaban a los comuns de no estar preparados para gobernar, la alcaldesa exhibe su intención de contar con todos pero también de mantener las convicciones de su propia formación política y de los ciudadanos que les votaron. El encaje entre la complejidad de la realidad y la claridad de los mensajes de su campaña electoral es, sin duda, el principal reto de este primer mandato de Colau, marcado por la falta de una mayoría estable de gobierno que se hace más evidente a medida que la gestión se aleja de la herencia recibida y debe encarar los propios errores o realidades sobrevenidas.