Dos miradas

'Clean language'

Me conmueve que el español, la Real Academia de la Lengua, descubra justo ahora una lengua que se le come el terreno. Bienvenidos al club

JOSEP MARIA FONALLERAS

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De las tres obligaciones estatutarias que tiene la Real Academia de la Lengua Española, esta vez parece que se han decantado por la limpieza. El anuncio que han hecho los académicos contra la proliferación del léxico inglés en el uso habitual de los hablantes es un gag que podría haber firmado Benny Hill, por ejemplo. Una chica muy sensual presenta un perfume muy sensual que promete una sensual velada. La lástima es que se llama Swine, que significa cerdo, con lo cual la sensualidad de la fragancia desaparece. Pasa lo mismo con unas gafas que se promocionan con la garantía del efecto 'blind', que significa ciego. Es decir, aromas porcinos y lentes opacas.

A veces las academias necesitan marcar paquete. Pasaría lo mismo, de hecho, en una prueba similar con las letras de las canciones. ¡Cuántas tonterías no somos capaces de repetir con una tonada pegajosa! Por otra parte, el mercado está lleno de gafas que casi te convierten en ciego. Y perfumes como Eternity, Diavolo, Invictus, Opium o Poison no son precisamente garantía de eternidad, de infierno, de victoria, droga o veneno. Quiero decir, con todo esto, que la publicidad es como es y que los consumidores nos lo tragamos todo. Lo que más me emociona es el lema 'Lengua madre solo hay una'. Es como aquel chiste de Jaimito, con un juego de comas: «Lengua, madre, solo hay una». Me conmueve que el español descubra justo ahora una lengua que se le come el terreno. Bienvenidos al club.