Cinco miligramos de cocaína

Hacía tiempo que no veíamos a Frank Cuesta en un plató. Ahora está en Discovery Channel haciendo sus aventuras selváticas (Wild Frank), pero entrevistas, pocas, por no decir ninguna. Pablo Motos le acaba de invitar a El hormiguero (A-3 TV). Hemos visto a un Frank distinto. No es el Frank de hace un año. Tuvo que hablar de serpientes, que es lo que de él se espera, y de sus nuevas aventuras en Namibia, pero se le veía incómodo. Poco extrovertido. Como a regañadientes. Y efectivamente Motos entró en el tema que le ha cambiado el carácter, un drama familiar que sufre desde hace meses: su exesposa Yuyee, la madre de sus hijos Zape, Zorro, Zen y Pepsi, sigue encarcelada en Tailandia por tráfico de drogas. Frank nos contó esta incomprensible tragedia: «Está acusada de traficar con cinco miligramos de cocaína. O sea, estamos hablando de una traficante de cinco céntimos de euro. Está encerrada en una cárcel que duermen todas en el suelo, amontonadas. Si quieren comer tienen que pagar. Hemos conseguido que se reabra el caso. Espero que salga pronto». Con buen criterio Motos buceó un momento en las causas de esta sinrazón. Y todo parece indicar que esta barbaridad que se ha cometido con Yuyee se debe a la asociación que Frank y su familia mantienen en Tailandia en defensa de los animales, de los perros particularmente. El tráfico de cachorrillos para consumo en restaurantes es movido por un poderoso lobby que actúa como una mafia. Quien se enfrenta a ellos sufre las consecuencias. Esperemos que esta familia recobre la normalidad que merece. Y que podamos ver de nuevo al Frank estupendo y divertido de siempre, contándonos sus aventuras africanas con leopardos, elefantes, leones y con las tremendas jirafas, que él creía que eran mansas y dóciles y resulta que son malvadas y rencorosas. Decía: «Me perseguían como fieras. Tienen muy mala hostia».

CUERNOS NAVIDEÑOS .- Se ha despedido Velvet (A-3 TV) con superlativa audiencia. Creo que volverán en enero. El fin de fiesta ha sido tremendo para Cristina. Pobre criatura. Frente al arbolito navideño de pronto se entera que su marido Alberto está liado con Sara, la hija del millonario de la compañía aérea. Van tan calientes que hasta aprovechan los trayectos en el ascensor para pegar un polvo. ¡Ahh! Delicado regalo navideño: «Nena, llevas unos cuernos que no pasas por las puertas».