Celebrando las celebraciones

Ya podemos irnos preparando para el 25 aniversario de Barcelona-92, que será sonado. Las primeras noticias no son nada halagüeñas, volverá el ensimismamiento.

El Estadi Olímpic Lluís Companys vacío, ayer, con una postal en primer término de un día de competición.

El Estadi Olímpic Lluís Companys vacío, ayer, con una postal en primer término de un día de competición.

JULI CAPELLA

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Recuerdo perfectamente la celebración de la nominación de Barcelona como sede olímpica en 1986. Hubo festejos a porrillo ante el importante fasto que se avecinaba. Y, cómo no, recuerdo con mucha ilusión y con la sensación de vivencia histórica, las celebraciones que se produjeron durante el mítico verano de 1992. Todo un éxito, o así creo que lo valoramos muchos barceloneses. Y también para el mundo entero, que se enteró de por dónde caía esa ciudad de Gaudí y del Barça. Maldita la gracia.

Luego, en el verano de 1993, vivimos a bombo y platillo la celebración del primer aniversario del gran fasto. Más tarde, en 1997 las eufóricas autoridades celebraron a su vez el quinto aniversario, a lo grande. Todo empezaba ya a cansar, tanta jactancia y vacuidad. El 2002 fue sonado, de nuevo las autoridades competentes (y las incompetentes también) con ayuda de los medios de comunicación, nos recordaron profusamente el décimo glorioso aniversario de los Juegos.

EL PEBETERO CON LA LLAMA FALSA

Casi todo repetido, Samaranch un santo, el pebetero con la llama falsa, y el tópico anecdotario, ¿dónde estabas ese día?, ¿qué se ha hecho de los medallistas?, etcétera, pues lo esencial ya estaba requeteexplicado. También recuerdo actos institucionales y reportajes para el decimoquinto aniversario. Y, cómo no, de nuevo (de viejo) la celebración del vigésimo aniversario. Más jolgorio y autobombo. De hecho no recuerdo verano en que de una u otra forma no salga a relucir el aniversario de los Juegos Olímpicos del 92, y ya no digamos si tocan olimpiadas, la comparación está asegurada.

Pues ya podemos irnos preparando para el 25 aniversario en este 2017, que será sonado. Las primeras noticias no son nada halagüeñas, volverá el ensimismamiento. Y sinceramente, el tema ya no da para más, está más que amortizado. Sí, ya sabemos que lo hicimos requetebién. Menos nostalgia autocelebrativa y un poco más de crítica a las últimas décadas que nos han llevado a donde estamos. ¿Por qué no dejamos que Cobi retoce en paz con su Petra? Y a plantear algún tema de futuro ¿no?