Al contrataque

Carta de Duran a Mas

XAVIER SARDÀ

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Estimado Artur: soy Duran Lleida. En estos momentos de tribulaciones y contrariedades, todo el mundo dice que estoy fuera de lugar porque el decorado ha cambiado y no me he dado cuenta. No he tenido tu capacidad de aclimatación, Artur. No he sabido adecuarme a las nuevas circunstancias como tú lo has hecho, Artur. Quiero felicitarte no sin cierta envidia y un leve resquemor. La mejor definición de inteligencia es la de capacidad de adaptación. Cuando se produjo tu súbita metamorfosis tras aquella manifestación masiva a la que no asististe, noté que me abandonaban los reflejos y comencé a instalarme en la ingravidez de la soledad.

Hay quien te critica por apuntarte a la fiesta independentista por puro susto seguidista. Hay quien te critica por intentar salvar tus nalgas políticas llevado por un cobarde amilanamiento. Hay quien te critica por momificarte en vida como el faraón de la estelada. No es justo. No tienen fe cristiana. No saben nada de la iluminación religiosa. No saben nada de experiencias asiáticas como el bodhi en el budismo. No entienden que muchos sabios y muchos santos han recibido la gracia súbita. Así, ¡zas!, en un instante. Se hace la luz en tu corazón a la velocidad del rayo divino. No saben que el verbo puede haber utilizado tu cuerpo para propagar la buenaventura.

Otra opción que descartan los ignorantes de la trascendencia es que seas una reencarnación. ¿Companys? ¿Macià? ¿Nuestro fusilado Carrasco i Formiguera? Porque eso espero que nadie me lo niegue: Unió se fundó en 1931, cuando los de Convergència eran independentistas nonatos.

Querubines y querubinazos

Amigo Mas, quiero también recordar que a la Virgen le enviaron para la Anunciación a un mero subalterno. Solo un arcángel. En la tercera categoría están principados, arcángeles y ángeles. En la segunda, dominaciones virtudes y potestades. Y en la primera, que es la buena, serafines, querubines y tronos. No cabe duda de que Junqueras es un querubín, porque es un guardián de la luz y «las estrellas» (sic). Se les representa con dos pares... de alas. A la madre de Dios, solo el arcángel San Gabriel, y para ti, president, un querubinazo de primera categoría.

Y a mí ya me ves, Artur: «Dimito sin dimitir en mí, y tan alta vida espero que muero porque no muero». Vamos, un lío. Mira lo que te dice Roca Junyent: «Podríamos distinguir entre las estrategias lideradas desde la acción política de los gobiernos, los partidos políticos y los parlamentos, y aquellas que descansan en el protagonismo de la calle o de los movimientos sociales más o menos espontáneos». Dice que a veces la política y la calle no van en la misma dirección. No sabe que la calle también es tuya, maestro Mas.