tú y yo somos tres

Canibalismo selectivo

FERRAN MONEGAL

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Inesperado enfrentamiento en el Deluxe (T-5). Estaba Merceditas Milá en el programa recibiendo un masaje adulador y lisonjero cuando de pronto la emprendió contra María Patiño por haber cotilleado sobre Belén Esteban, por haberse ensañado sobre si se sigue acostando o no se sigue acostando con Fran, su exmarido. Se puso como una fiera Merceditas. Le lanzó un rapapolvo a la Patiño -luego extrapolado al resto de los del Deluxe- que fue tremebundo. Gritaba, airada, avasalladora y con su habitual prepotencia: «¡Ese es un cotilleo asqueroso sobre Belén y su marido. Y tú, María, vas y le clavas el cuchillo. Quieres rematarla (..) Aquí sale toda la mierda que lleváis dentro (..) ¡Cotilleo de baja estofa!». Y dirigiéndose al presentador, que no salía de su asombro, le dijo: «Jorge Javier, si yo fuera Belén no trabajaría nunca más contigo». Y los allí reunidos, compungidos, protestaban, sí, pero lo hacían con la boca pequeñita, evitando incomodarla, con mucho cuidado, aparcando su fiereza natural ante la super Flautista de Hamelín. ¡Ahh! No ha sido un lance televisivo cualquiera ese que se ha producido en el Deluxe. No ha sido una refriega más de las muchas que habitualmente ocurren a cara de perro en esa cadena. En esta ocasión ha sido una discusión interesantísima sobre la esencia del producto, de la papilla que fabrican. Y además -y ahí reside lo más notable-, ha sido una discusión protagonizada por ellos mismos, por los propios operarios que amasan y hornean el engrudo. El papel de los del Deluxe, esta vez inusualmente tibios, pacatos, encogidos, ante el ataque recibido, demuestra que dentro del contenedor hay categorías. Aunque por dentro revienten y les siente como un tiro, a Merceditas le dispensaron un trato de privilegio. Fue como si existiera una especie de derecho de pleitesía no escrita hacia la reina del mambo de la telebasura.

Por su parte, el ataque de Merceditas ha sido la culminación de su propia hipocresía. Pretendía dar lecciones a los allí reunidos acusándoles de canibalismo, y nadie se atrevió a decirle que ella, a su vez, es la gran caníbal. Lleva 14 años en la ratomaquia canibalizando ratoncitos, practicando sobre ellos un atroz repertorio de torturas. Esta misma semana se trajo a un pobre muchacho, Miguel, solo por el placer de martirizarle con imágenes espía de su novia Miriam, que está en la jaula y flirtea con Igor. Y mientras Merceditas disfrutaba, la vergüenza del muchacho era indescriptible.