El cuerno del cruasán

Cada barco tiene sus ratas

JORDI PUNTÍ

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Ahora más que nunca, la ideología es un engrudo que todo lo pringa. Tomemos por ejemplo las últimas declaraciones del ministro Montoro sobre el fraude fiscal de Jordi Pujol. Aunque muy calculado, su tono agresivo no fue el propio de un ministro de Hacienda y no tenía la intención de informar, sino de desprestigiar y amenazar. Montoro parece creer que, arremetiendo contra Pujol, ataca a su partido, a los que le votan y, como en una onda expansiva, a todos los nacionalistas. Investigaremos a fondo, dice, y es como si, durante estos años, todos los catalanes hubiéramos sido cómplices de la mentira del expresident de la Generalitat y ahora quisiera sacarnos los colores.

El churrete ideológico se aprecia también en las ganas de demostrar que la clase dirigente catalana no está exenta de corrupción. Pues claro que no, cada barco tiene sus ratas (y además, a veces saltan de un barco a otro). Aunque este sea uno de los argumentos que suelen esgrimir los contrarios a la autodeterminación, citando a los Millet y compañía, o a los diputados imputados Crespo, Pujol y Falcó, no comprenden que en realidad el proceso político -sea cual sea el resultado- está por encima de los corruptos. Podemos sospechar que en CiU han abrazado el independentismo para prolongar un statu quo que les beneficia, pero no seamos ingenuos: una votación no es una amnistía judicial.

Sin embargo, el mayor pringue ideológico de Montoro tiene que ver con la lucha contra el fraude fiscal. Desde hace años, los colegios profesionales de abogados, economistas y gestores administrativos en Catalunya denuncian el exceso de inspecciones abusivas contra empresas y ciudadanos catalanes -un dato que Hacienda nunca ha rebatido, que yo sepa-. Hacer distinciones, en este asunto, es también cuestión de ideología, o discriminación si se prefiere. Si se aplicaran con el mismo afán en el resto de comunidades, seguiría habiendo corruptos en Catalunya, claro, pero es probable que las cifras aumentasen en otros sitios. Quizá les dé miedo la comparación.