Boicot

El grupo de música Itaca Band fue boicoteado durante las fiestas de Sants. No es una novedad. Desde hace un año, la banda se ha visto obligada a cancelar varios conciertos. El origen del boicot es una supuesta agresión machista cometida por el cantante. El grupo siempre ha negado la acusación y encuadra los hechos en un incidente de discoteca. El colectivo La Trama Feminista defiende a las supuestas agredidas y lidera el boicot a la banda exigiendo sus disculpas. Esta vez se unieron a sus demandas otras entidades como Endavant Sants, Arran Sants, Can Vies o el Casal de Joves de Sants.

Leer los comunicados de unos y otros puede ser entretenido para tratar de discernir la verdad. Pero esto no es un juego. Solo un juez puede dictaminar la culpabilidad o la inocencia. Pero en este caso, por ahora, no es posible. El boicot se está llevando a cabo sin que exista una denuncia formal de la agresión.

La denuncia es el arma de la víctima frente a los poderosos. Por desgracia, aún son muchos, demasiados, los casos de acoso sexista que no son denunciados. Quizá porque el entorno los minimiza, quizá por temor al agresor. En cualquier caso, la labor de una entidad feminista es apoyar a la víctima y acompañarla en la denuncia. Erigirse en juez dictando sentencia es una afrenta contra los derechos individuales. La violencia machista ya supone demasiado sufrimiento como para multiplicarlo abordándolo con temeridad e irresponsabilidad.