Editorial

El bloqueo político se fortalece

Rajoy no ha hecho ningún intento de ampliar el pacto del PP con C¿s y el riesgo de unas terceras elecciones se agrava

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La primera votación de investidura de Mariano Rajoy no deparó sorpresa alguna. El candidato del PP no logró ayer la mayoría absoluta del Congreso necesaria ni obtendrá mañana más votos positivos que negativos. La contundencia con la que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, reiteró que los socialistas votarán no a Rajoy no deja lugar a dudas. La posición de Sánchez de no abstenerse en ningún caso no tiene vuelta atrás, por lo que la persistencia del bloqueo acerca las terceras elecciones pese a que todos los portavoces dicen querer evitarlas.

El foco político se traslada ahora a las elecciones gallegas y vascas del 25 de septiembre y a las consecuencias que sus resultados puedan deparar. En las gallegas el liderazgo de Sánchez en el PSOE se verá puesto a prueba. Si el PSOE sufre un revolcón, algunos pesos pesados partidarios de permitir a Rajoy formar Gobierno pueden verse tentados a forzar la defenestración de Sánchez. Habría que ver si en plena crisis interna un hipotético nuevo (o nueva) secretario general se arriesgaría a permitir un Gobierno de Rajoy. En Euskadi, el PNV puede necesitar para gobernar al PP, lo que facilitaría un cambio del voto peneuvista en una nueva investidura de Rajoy (aunque sus cinco diputados aún no le bastarían para lograr la presidencia). El portavoz del PNV anunció ayer con dureza su no, rechazo que se explica por la proximidad de las elecciones vascas pero también porque, como dijo Aitor Esteban, Rajoy no ha dado ni un paso para conseguir su apoyo.

Ese es precisamente el principal problema del candidato del PP, que se ha presentado a la investidura con un acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria (170 votos) pero no ha hecho ningún intento más de ampliar la mayoría. E incluso el acuerdo con C's ha sido defendido con más convicción por Albert Rivera que por Rajoy, aunque el líder de Ciudadanos repitió hasta tres veces que no se fía de su aliado. Un acuerdo que Rivera califica siempre como «de investidura» mientras que Rajoy habla de pacto «de gobierno». En cuanto a Catalunya, más presente en tiempo que en otros debates, Rajoy no aportó nada nuevo, salvo una mayor aspereza para responder a la descarnada intervención de Joan Tardà. Tanto el portavoz de ERC como Francesc Homs ofrecieron  sus votos al PSOE si acepta el referéndum en Catalunya sabiendo que esa alternativa es también inviable.