Sostiene Palin

La matanza de Arizona ha desatado un debate sobre las causas de la violencia política. Rápidamente se han alzado voces acusando directa o indirectamente aSarah Palin y al Tea Party de inducir al loco que acabó disparando contra la congresistaGiffords y que provocó la muerte de seis personas. Un asunto que en España resulta indiscutible desde que el PP y el PSOE perpetraron la ley de partidos, que consagra por mayoría absoluta que todo aquel que no condena la violencia resulta su cómplice. Un principio que no hay comunicado de ETA que logre romper.

El tema no es nuevo. Uno de los primeros en glosarlo fueEugeni Xammara propósito del auge de los totalitarismos en los años 30 del siglo pasado. Otra glosa gloriosa del asunto la escribióAntonio Tabucchien su magistralSostiene Pereira.XammaryTabucchidijeron todo cuanto de razonable se puede decir sobre el asunto. El catalán explicó cómo el fascismo se engendra en las entrañas de las sociedad, de manera imperceptible, cómo los huevos de las serpientes resultan invisibles mientras no rompen las bestias. YTabucchiremató la idea advirtiéndonos de cómo la indiferencia de la mayoría permite avanzar a los totalitarismos por la vía de la democracia hasta que obtienen la mayoría y la destruyen.

Víctimas y culpables

¿SonSarah Paliny el Tea Party responsables en última instancia de la matanza de Arizona? Evidentemente, no lo son desde el punto de vista penal, aunque por idénticas razonesArnaldo Otegi esté condenado a prisión. PeroPalintampoco es del todo inocente. Es tan inocente como lo podían ser los ateneos anarquistas respecto de la Semana Trágica o las arengas del cardenalPla Deniel respecto de los crímenes deFranco.

La violencia política siempre tiene orígenes ideológicos, y por mucho que se quiera al final es imposible desligar a quienes defienden las ideas de quienes aprietan los gatillos. Y este principio es igualmente válido para revolucionarios y para conservadores. La trampa es aplaudir queOtegi siga en la cárcel tras el cuarto comunicado fallido y sostener quePalinsolo pasaba por ahí.