Perlas del papel

Piropos de la caverna mediática para Mas

La prensa de derechas jalea el pacto CiU-PP y da por enterrado a Zapatero

Piropos de la caverna mediática para Mas_MEDIA_1

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XAVIER CAMPRECIÓS

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La derecha mediática madrileña flipaba ayer con la derrota sin paliativos de la izquierda en las urnas catalanas. El Mundo, Abc, La Razón y La Gaceta tocaban la misma sintonía en portadas, editoriales y casi todas sus columnas de opinión: las elecciones al Parlament, además de enterrar el tripartito, conducen inexorablemente a una entente de CiU y PP y al desalojo de José Luis Rodríguez Zapatero de la Moncloa.

El centro derecha arrasa, titulaba en portada El Mundo, cuyo editorial concluía: el vuelco electoral «anticipa un cambio de ciclo basado en el regreso de las políticas liberales y centristas que ya sacaron a España de la anterior crisis económica». Abc proclamaba en portada: Cambio de ciclo. El fin del 'modelo Zapatero' hunde a Montilla. La primera página de La Razón rezaba: El cambio comienza en Catalunya. Y la de La Gaceta: Triunfa Artur Mas, gana el PP.

Y esta vez los editoriales de la caverna mediática tenían poco que afear al president in péctore, Artur Mas, dando por supuesto como daban que ejercerá el pragmatismo pujoliano para orillar sus demandas soberanistas, incluida la reivindicación de una financiación equivalente a la de un concierto económico. Sea por las buenas: «No se le puede exigir a Mas -concluía el editorial de Abc- que no sea nacionalista cuando empiece a gobernar Catalunya, pero sí que aprenda de los perjuicios que provocó el tripartito con propuestas que CiU nunca se atrevió a ejecutar en los muchos años en que gobernó con mayoría aboluta». Sea por las malas: «El partido de Rajoy -concluía el editorial de La Gaceta, el único que se ponía en esa tesitura- deberá extremar la prudencia y el sentido de Estado ante un Mas especialmente marrullero que barrerá para su casa soberanista, con su chantaje económico y fiscal sobre el resto de España».Por contra, desde Barcelona, Xevi Xirgu (Avui) veía el dilema de Mas al revés: «¿Pensáis que ahora, tras la sentencia del Estatut, de la gran manifestación, del menosprecio hacia Catalunya y no sé cuantas cosas más en el Parlament solo habrá 14 diputados independentistas, los 10 de ERC y los 4 de Laporta? Es tan evidente que no como que CiU tiene un gran reto entre manos. No solo el de la crisis, sino también el de mantener el alto grado de exigencia nacional que en Can CiU llaman concierto económico».