El Papa, el catalán y el corral patrio

Benedicto XVI nos ha dejado, tras su fulgurante paso por Santiago y por Barcelona, donde dedicó la basílica de la Sagrada Família deAntoni Gaudí,más desorientación y belicosidad que conciliación y paz a tenor de lo que ayer se exhibía en el quiosco.

Para el editorialista de La Vanguardia, la visita«se salda con un sobresaliente y un mensaje de futuro que atañe a todos, creyentes o no», y el detalle más significativo fue el uso eucarístico del catalán,«un gesto que en los 35 años de democracia solo hemos visto al Rey y al Príncipe. Ninguno de los presidentes del Gobierno ha hecho un esfuerzo parecido(...)Toda una lección de inteligencia y de compromiso en la capacidad humana para el diálogo». La misma idea defendía el editorialista de El Punt/Avui sobre la lengua, aunque no le veía futuro al mensaje papal: «La doctrina vaticana sigue anclada en el pasado».

De la prensa capitalina, Público dejaba el tema al exdirector y columnistaIgnacio Escolar: Roma no paga a pusilánimes, titulaba, para denunciar que«la Iglesia es insaciable y solo una teocracia como la iraní, donde la sociedad se somete a sus criterios morales, parece capaz de satisfacerla».Para El País, el Papa«ha desperdiciado una espléndida ocasión para reconciliar, como hizo en su día el poeta Maragall, las dos visiones del mundo en el que nació el templo de la Sagrada Família: el clericalismo reaccionario y el anticlericalismo revolucionario del movimiento obrero catalán». El editorial concluía que la satisfacción por el uso del catalán «alienta en vano la esperanza de una conferencia episcopal» catalana (...) que «ni sus prelados se atreven a reivindicar».

Lo esencial para El Mundo, crítico con«la desafortunada»referencia al anticlericalismo años 30, era que el Papa pedía la unidad de España:«No quiso irse-rezaba su editorial- sin identificarla como esa 'familia' que debe permanecer unida en estos momentos de exacerbación nacionalista».ACarlos Dávila, director de La Gaceta, le parecía más relevante vitorear el mensaje deBenedicto XVI,como hacía el editorial de Abc: .»El Papa ha retratado fielmente la situación de enfrentamiento que Zapatero ha buscado con el catolicismo (...) El recuerdo de los años 30 debería mover a la izquierda a la humildad». Más papistas y belicosos que el Papa, oiga.