En sede vacante

El frente norte

TONI Mollà

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El pacto entre el PSOE y el PP ha traído la alternancia a Euskadi. La primera consecuencia ya es visible. La popularArantza Quiroga,miembro "no jurídico" del Opus Dei, y, según parece, "ojito derecho deAznar", preside el Parlamento vasco gracias a los votos de unos diputados socialistas que, en tiempos no muy lejanos, calificaban al PNV de "partido meapilas". Sí que es un cambio; de pila, sobre todo. El PNV representa un cristianismo comunitarista con fuerte implantación en la trama asociativa del País Vasco, y su gente ha liderado la economía social del modelo cooperativista. No parece que "la búsqueda de santidad" del Opus sea una política más progresista. Doctores tiene la iglesia socialista que habrán valorado el avance que tal recesión ideológica supone para su ideario. Los sectores sociales que un buen observador llamó la "izquierda volátil" llevaron aJosé Luis Rodríguez Zapateroa la Moncloa. Las alianzas de Navarra y Euskadi dejan sin norte, literal y metafóricamente, a esta izquierda volátil. El cambio del PSOE debe responder a la estrategia leninista de "un paso adelante, dos pasos atrás" que ha resucitadoJosé Blanco.Con ello,Rodríguez Zapaterofía su suerte, por un lado, al pacto nórdico contra la España plural y, por otro, a la confianza ciega en la España cerealista y subsidiaria contra la que se estrellóPasqual Maragall.Todo esto lo tendríamos que haber intuido cuando finiquitaron al afrancesadoManuel Marínpara nombrar en su lugar al orgulloso hijo de falangista que esJosé Bonoal frente del Congreso. La marejadilla del norte amenaza con desplazarse hacia el sur peninsular. El pacto por Alemania entre el SPD y la CDU, que llevó aAngela Merkela la Cancillería alemana, aparece como una borrasca que se acerca cada vez más.