Pelis de exorcismos: ¡qué miedo!

La práctica de expulsar demonios es tan antigua como el propio Jesucristo, y las películas que la recrean lo son casi tanto como el cine mismo. 'Del pesebre a la cruz' (1912) mostraba a Cristo sanando a una persona poseída, y la versión muda de 'Rey de reyes' (1927) se abría con una escena en la que el hijo de Dios liberaba a María Magdalena de siete espíritus malignos, que representaban los siete pecados capitales.

Pero es a partir de 'El exorcista' (1973) cuando las posesiones diabólicas y los exorcismos han sido fuente constante de fascinación para la cultura popular. A causa de la película, las iglesias católica y protestante extendieron el oficio de rituales sanadores, y en el seno del cine de terror surgió un subgénero que cuatro décadas después sigue en plena forma.

Y es lógico: quizá ninguno de los terrores propagados por la tradición religiosa sea más inquietante que la idea de un ente infernal que se aloja en tu interior y te empuja a doblar tu cuerpo de forma nada ergonómica, a hablar con voz gutural y a vomitar una sopa de guisantes que ni siquiera recordabas haber comido.

Por eso, en el mejor de los casos las películas de exorcismos tienen una capacidad única para instalarse en nuestras pesadillas; permiten combinar temores psicológicos colectivos como el miedo al mal absoluto con una colección de imágenes y efectos genuinamente grotescos. El viernes 3 de noviembre se estrena 'The crucifixion', en la que el director francés Xavier Gens escenifica una nueva batalla entre representantes de lo divino y emisarios de Satán. Una ocasión ideal para recordar algunas de las cintas más destacadas sobre el empeño del demonio por meterse (literalmente) en nuestras vidas. 

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El exorcista (1973)

No solo es la mejor película de posesiones demoniacas de la historia, sino también el espejo en el que todas las demás se han mirado: introdujo las levitaciones, las blasfemias, las cabezas giratorias y los chorros de vómito en el léxico del género. Y no solo eso: buena parte de las ideas que la cultura occidental tiene de los exorcismos procede de ella.

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Bitelchús (1988)

¿Puede catalogarse como cine de terror? No. ¿Da miedo? Para nada. Pero se mire como se mire le corresponde un espacio en esta lista. Su protagonista es un bioexorcista, que vendría a ser lo opuesto a un exorcista tradicional: un fantasma cuya misión es echar a unas personas normales -aunque repulsivas- de una casa encantada.

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El exorcismo de Emily Rose (2005)

¿Está la joven del título poseída por un demonio o es que sufre una enfermedad mental? No se sabe, pero durante la película la vemos sufrir visiones aterradoras, comer bichos, ser asfixiada por una mano invisible, contorsionarse de formas físicamente improbables y, en fases más avanzadas de su posesión, hacer cosas que hay que ver para creer.

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Réquiem (2006)

Rememora los sucesos que en 1976 provocaron la muerte de una joven alemana llamada Anneliese Michel. Dado su extraño comportamiento -era epiléptica-, la Iglesia católica acordó practicarle un exorcismo. Finalmente le hicieron 67 a lo largo de un año, hasta que murió por desnutrición. Sus padres y dos sacerdotes fueron acusados de homicidio negligente.

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[REC] 2 (2009)

Si en la primera entrega de la saga Jaume Balagueró y Paco Plaza trataron el terror zombi que se extendía por el interior de un edificio del Eixample como el resultado de una infección viral, aquí aclaran que en realidad es una invasión demoniaca. El cura enviado por el Vaticano para acabar con ella acaba escaldado.

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El último exorcismo (2010)

Visita al lado oscuro del fundamentalismo cristiano en la América profunda, este mockumentary mantiene un ojo puesto en El proyecto de la Bruja de Blair mientras retrata a un farsante que practica exorcismos de pacotilla sin creer en el demonio. La grácil muchacha de la foto le hará cambiar de opinión.

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El rito (2011)

Mitad película de terror mitad reflexión sobre la necesidad de tener exorcistas hoy en día, la cinta se ocupa más de crear una atmósfera inquietante que de provocar sustos genuinos. Las escenas de exorcismos no son gran cosa pero ofrece frecuentes gruñidos entre dientes de un desatado Anthony Hopkins.

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The devil inside (2012)

Con la ayuda de dos sacerdotes, una joven decide rodar un documental con el fin de descubrir la verdad sobre su madre, que dos décadas atrás mató a los tres clérigos que trataban de sacarle el demonio de dentro. Aunque sin pretenderlo, el resultado posee todos los elementos de una parodia de las películas sobre exorcismos, a excepción del sentido del humor.

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The posession: el origen del mal (2012)

La única manera de la que este remedo de El exorcista trata de distinguirse de su modelo es que aquí el elemento sobrenatural procede del misticismo judío y no de la tradición cristiana. Una joven compra una misteriosa caja en un mercadillo de barrio en la que se esconde un malvado espíritu ancestral. Que levante la mano quien crea saber lo que le pasa a la chica al abrirla.

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Expediente Warren (2013)

Narra los encuentros sobrenaturales que los demonólogos Ed y Lorraine Warren vivieron en los 70 al visitar a una familia aterrorizada por la presencia de un ser maligno en su granja. Un relato de terror increíblemente eficaz, capaz de hacer que nos hagamos pipí solo con el sonido de unas manos que aplauden.

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Líbranos del mal (2014)

Este híbrido entre Seven y El exorcista incluye una banda sonora plagada de ruidos de niños y animales y un creativo catálogo de imágenes tétricas: un gato momificado clavado en una cruz, un bebé lanzado al foso de los leones por su madre, unos insectos que emergen de los ojos de un cadáver...

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Verónica (2017)

Barrio de Vallecas, 1992. Tras oficiar una sesión de güija con unas amigas, una adolescente es asediada por unas presencias amenazantes. Para echar a Satán de su casa no recurre a un exorcista sino a las instrucciones de un fascículo coleccionable sobre ocultismo. Todo muy patrio.