En las entrañas de un icono

'Jackie' fácilmente podría haber sido algo parecido a una parodia; un 'biopic' elegante y refinado sobre una figura histórica elegante y refinada encarnada por una de las actrices más elegantes y refinadas del cine americano.

Afortunadamente es otra cosa muy distinta: un intrépido ejercicio de subversión de uno de los géneros favoritos de Hollywood, que ilustra una vida pública al tiempo que entiende el artificio que la nutre, y que trata de capturar el mundo interior de su protagonista mientras reconoce lo duro que esa mujer trabajó para ocultarlo.

En otras palabras, 'Jackie' humaniza una leyenda al tiempo que muestra hasta qué punto esa mujer era consciente de lo que significa convertirse en leyenda. Habla sobre la celebridad, o sobre un tipo de celebridad -glamur imposible acompañado de profundo sufrimiento- que no está de moda en este tiempo en el que la palabra celebridad ha llegado a significar tan poco que se aplica a tuiteros y 'youtubers'.

Mientras contempla a Jacqueline Kennedy en el momento más crucial de su vida -la semana posterior al asesinato de JFK- y detalla su duelo y su angustia mental, la película explora cómo se construye el tipo de legado que tan a menudo acaba convertido en la clase de hagiografía que 'Jackie' rechaza ser, o al menos rechaza limitarse a ser.

El director chileno Pablo Larraín -que en películas previas ya había mostrado una habilidad única para revisitar la historia desde ángulos intrépidos- retrata a la viuda de Kennedy como el custodio de la herencia de su marido, y llega a sugerir que el luto de todo un país tras aquel magnicidio fue orquestado en buena medida por ella misma.

GRAN PAPEL DE PORTMAN

Es cierto que quizá la película peque de reverente. Como retrato de alguien que sabía manejar a la perfección el culto a su propia figura resulta brillante, pero quizá le falta cierto escepticismo y cierta mala baba con respecto a ese culto.

En última instancia, sin embargo, Larraín nos convence de que es posible aprender algo de Jackie Kennedy contemplando su versión de Jackie Kennedy -magníficamente abanderada por una Portman alternativamente resoluta, devastada, confusa y aterradora-, y nos hace comprender la intensa presión que el estatus debió de imponer sobre esa mujer aunque ella no se dejara doblegar en público.

'Jackie' nos muestra la fachada y lo que se ocultaba tras ella, y esa es solo una de sus maneras de hacer que tantas otras películas biográficas se avergüencen de serlo.