CINE

Frank Zappa frente al espejo

Thorsten Schütte hace un intrépido retrato de uno de los músicos más iconoclastas de la historia en el documental 'Eat that question'

'Eat that question', documental sobre Frank Zappa

'Eat that question', documental sobre Frank Zappa / periodico

Nando Salvà

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Hubo muchos músicos antes que Frank Zappa y muchos después de él, pero mientras él estuvo aquí fue absolutamente único: un subversor sonoro para quien las canciones eran como granadas de mano, un agitador del statu quo, un librepensador radical, un héroe de la contracultura. El impacto de Zappa en la música del siglo XX todavía no ha sido considerado, y eso quizá sea la causa o quizá la consecuencia de que 23 años después de su muerte el cine no haya documentado la importancia de su legado. 'Eat that question' no corrige esa anomalía, ni falta le hace para resultar del todo fascinante.

En cambio, se compone casi en su totalidad de extractos de entrevistas que el músico dio durante su carrera, acompañadas de películas caseras y fragmentos de actuaciones. El director Thorsten Schütte no pierde tiempo hablando con la familia; no pregunta a amigos o colaboradores. El único que conocía realmente a Frank Zappa era Frank Zappa.

INTOLERANCIA A LA DEBILIDAD

Y aunque resulte irónico construir a base de entrevistas una película sobre alguien que las consideraba una tortura, 'Eat that question' demuestra que se le daba de fábula torear a sus torturadores: quedan claros su cinismo y su mordacidad, su intolerancia hacia la debilidad o la estupidez. Le oímos declarar su desdén por la autoridad y la decadencia de la cultura; su desprecio a la religión y la sociedad de consumo; su oposición al totalitarismo de izquierdas y al de derechas; su rechazo de las drogas.

También aprendemos con este documental que Zappa era a la vez un libro abierto y un enigma; una celebridad y al mismo tiempo alguien incatalogable -"la mayoría de la gente ni siquiera sabe lo que hago", lamenta en la película-. A lo largo de tres décadas, su música alternó y fusionó el rock, el jazz, el funk, el pop, el rythm & blues, el metal y el amor por compositores como Igor Stravinsky y Edgar Varese, todo ello repartido en unos 70 álbumes en solitario -discos póstumos aparte- o al frente de The Mothers of Invention.

LIBRE DE LA GRASA HABITUAL

Está claro que una película que dura 90 minutos solo va a quedarse en la superficie, incluso una desprovista del tipo de grasa habitual en los documentales sobre músicos, que no se atiene a la convención y que por tanto, seguramente, es el tipo de tributo que Zappa habría querido. Aunque lo más probable es que él habría preferido que no existieran películas sobre él. Nunca sintió que su persona hubiera de ser recordada. Era la música, no las palabras, lo que él consideraba importante.En ese sentido, puede quedarse tranquilo, esté donde esté. Quienes vean 'Eat that question' sin duda sentirán después la urgencia de echar mano de tocadiscos o de YouTube para hurgar en su catálogo musical.