¿Cuál es la canción que más odias pero no puedes dejar de cantar?

Es escuchar la palabra “despacito” y tu cerebro automáticamente cambia al modo “canción-de-verano”. Asúmelo: te pasa lo mismo que a los tres italianos virales del coche. Para ti todos son Enrique Iglesias, ya, ya, y odias la canción, no puedes con ella, es banal, pero… “deees-paaa-ci-to, quiero respirar tu cuello despacito, deja que te diga cosas al oído… para que te acuerdes si no estás conmigoooo…”.  No quieres, no, pero en un segundo te arrancarás a moverte compulsivamente como si estuvieras poseído por Iceta.

No es la primera canción que te provoca esta bipolaridad musical. Aquí tienes un puñado de temas que solo con nombrarlos automáticamente empezarán a reproducirse en loop en tu cerebro. Aunque no escuches nunca Los 40 Principales. Aunque te encierres en una burbuja hermética. Son canciones que te persiguen allá donde vayas, que se te inoculan en el cerebro y se pegan en las neuronas a lo lapa. Para siempre. ¿Cuál es la que odias más sin poder dejar de cantarla?