tú y yo somos tres

Viva el Rey, muera Hermida

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Excepción hecha de los babosos habituales que han celebrado el encuentro delReyconHermida(TVE-1) como si fuera la entrevista del siglo, el clamor general de quienes no comulgan con ruedas de molino apunta a que la regia ocasión ha resultado ser de una inutilidad absoluta. Más aún: un teatro, una comedia, llena de autocomplacencia y de cargante regocijo, como ayer les advertí desde esta misma columna. Cabe no obstante resaltar, distinguir, una voz que acaba de salir rápidamente, una criatura que siempre está atenta a todo lo que atañe a la monarquía, y que posee una inteligencia extraordinaria para reconducir, encauzar, influir en la opinión pública acerca de la bondad y de la excelencia de todo lo que atañe a la regia familia. Me refiero aPilar Urbano, una periodista listísima. La madrugada de ayer Tele 5 puso a su disposición la privilegiada plataformaEl gran debatepara que lanzase ella la doctrina que ahora conviene expandir. O sea, ante la pifia de ese encuentro en La Zarzuela, interesaba reconducir el asunto con celeridad y estructurar un discurso -habilísimo, todo hay que decirlo- que salvase los muebles de palacio, aunque hubiera que sacrificar para ello al compañero periodistaHermida. Resumamos lo que dijoPilar Urbano, con su verbo sagaz y tremendamente astuto:«Fue una ocasión perdida. El Rey no ha salido favorecido. Para entrevistar hay que ser impertinente, hay que tener crueldad, hay que dejar vampirizado al personaje, liofilizarlo, sacárselo todo. No se puede devolver al manso, entero, al corral. Hermida tuvo reverencia, que no respeto. Estuvo untuoso, obsequioso, prosopopéyico. Eso alejó al Monarca. El Rey se prestaba a que le preguntasen cosas. El Rey quería romper el cristal. Quería cercanía. Quería tocar pueblo. ¡Quería contar cosas!». ¡Ahh! Qué destreza, qué pericia, qué maquiavélica táctica la dePilar Urbano. Ahora resulta que la culpa fue deHermida, que no supo ser cruel, que no supo ser vampiro. Es fantástico, sí. Porque segúnPilar UrbanoelReyquería hablar, quería contar cosas, quien sabe, quizá hasta quería contarlo todo. ¿Todo lo de Manuel Prado y Colón de Carvajal? ¿Todo lo deJavier de la Rosa? ¿Todo lo deMario Conde? ¿Todo lo de Botswana y de la hermosaCorinna? ¿Todo lo de la infanta yUrdangarin?

¡Ahh! Qué maravilla. Llegados a este punto cabe implorar que repitan la entrevista. Naturalmente, con Pilar Urbanoen lugar deHermida.