SIGUIENDO LA HIPÓTESIS DEL ARQUEÓLOGO NICHOLAS REEVES SOBRE NEFERTITI

Halladas dos cámaras ocultas en la tumba de Tutankamón

Los análisis con radar de un experto japonés detectan material orgánico y metálico en "dos espacios vacíos" anexos a la sala del sepulcro del faraón niño

El ministro de Antigüedades egipcio Mandouh el Damaty, durante la rueda de prensa en que anunció el descubrimiento de dos cámaras anexas a la tumba de Tutankamón, que aparecen señaladas en la pantalla en amarillo.

El ministro de Antigüedades egipcio Mandouh el Damaty, durante la rueda de prensa en que anunció el descubrimiento de dos cámaras anexas a la tumba de Tutankamón, que aparecen señaladas en la pantalla en amarillo. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

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Un reclamo irresistible: Tutankamón se ha alzado en protagonista, como el día de 1922 en que Howard Carter descubrió su tumba llena de "cosas maravillosas" en el Valle de los Reyes, en Luxor, con el anuncio de la existencia de “dos espacios vacíos” anexos con materiales orgánicos y metálicos en su interior, que el mundo ha asociado a dos cámaras desconocidas hasta ahora. Un nuevo hallazgo, anunciado, como en la era del mediático y hoy defenestrado Zahi Hawass, en una multitudinaria rueda de prensa en El Cairo ofrecida por su sucesor en el cargo de ministro de Antigüedades egipcio, Mamdouh El Damaty. Un descubrimiento que alimenta la fascinación por el Antiguo Egipto de la que tan necesitado está hoy el país, tras la caída en picado del agonizante turismo y tras la amenaza islamista y la revolución árabe.

LA TEORÍA DE LA TUMBA DE NEFERTITI

El anuncio es el resultado preliminar de los escáneres con infrarrojos realizados en noviembre por el experto japonés en radar Hirokatsu Watanabe, motivados por la hipótesis lanzada el pasado agosto por el egiptólogo británico Nicholas Reeves, quien tras observar unas grietas rectas en las paredes decoradas con pinturas de la cámara sepulcral de Tutankamón especuló con la posibilidad de una cámara que ocultara la tumba de su madrastra, la reina Nefertiti, esposa del rey hereje, Akenatón.     

Sin embargo, El Damaty, que hizo el anuncio sin la presencia de Watanabe ni de Reeves, se mostraba cauto y apostaba por Kiya, madre de Tutankamón y segunda esposa de Akenatón, aunque también citó a la reina Meritatón, hermanastra del joven faraón. “Es probable que sea una tumba de otro miembro de la familia real, quizá una mujer. Si fuera Nefertiti sería algo muy importante para la historia de Egipto y la humanidad. Sería el descubrimiento del siglo”. 

A LA ESPERA DEL 100%

Los escáneres han detectado que tras el muro norte hay un hueco aproximado de 1,5 metros de diámetro y 2 metros de profundidad. Además, hay un acceso a una cámara desconocida, quizá cubierta, según El Damaty, con material más ligero que el de las otras paredes, que son de piedra maciza. “Puedo decir que hay algo detrás” y habrá que “esperar”, advertía el ministro, a los nuevos análisis que se realizarán el próximo día 31, con un “radar digital y mejorado”, para estar seguro al 100% de la existencia de las cámaras, que ahora confirmaba en un 90%. Hasta entonces, con la certeza absoluta, no se tomarán, según el ministro, decisiones sobre el delicado acceso a las cámaras. 

DESCALIFICACIONES DE HAWASS

La teoría de Reeves surgió tras la observación minuciosa de las imágenes en alta resolución que el taller español Factum Arte realizó para construir la réplica de la tumba de Tut. Por su parte, Hawass, defenestrado del ministerio tras la revolución árabe, no ha escatimado en los últimos meses, en medios de todo el mundo, las descalificaciones contra Reeves, a quien expulsó de Egipto tras un episodio de supuesta connivencia en tráfico de antigüedades, ni contra El Damaty, profesor de Egiptología por la Universidad de Ain Shams, de El Cairo.

Tutankamón, faraón de la XVIII dinastía, murió joven, tras un breve reinado entre 1332 y 1323 a.C. aproximadamente, pero fue el descubrimiento de los tesoros intactos de su tumba, realizado por el arqueólogo Howard Carter el 4 de noviembre de 1922, lo que avivó la fiebre por la egiptología.