CRÓNICA DE CONCIERTO

Taylor Momsen, de estrella infantil a musa hard rock

La antigua actriz de 'El Grinch' y 'Gossip girl' presentó en Apolo el tercer disco de su grupo The Pretty Reckless

Taylor Momsen, en el concierto de The Pretty Reckless en Apolo.

Taylor Momsen, en el concierto de The Pretty Reckless en Apolo. / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Taylor Momsen fue una actriz convincente, pero ella no estaba convencida. Tras revelarse al mundo como la niña de 'El Grinch', se convirtió en estrella televisiva gracias a su paso por 'Gossip girl' como la aspirante a diseñadora de moda, primero buena chica pero progresivamente más díscola y problemática, Jenny Humphrey. En pleno auge de la serie, Momsen decidió formar un grupo de rock duro, The Pretty Reckless, que a partir de entonces se convirtió en su prioridad. Dejó 'Gossip girl' tras la cuarta temporada, aunque se dejó caer por la gran 'finale'; es lo último que ha hecho como actriz.

Cine y tele han perdido a una intérprete con posibilidades, pero el rock duro ha ganado una musa. La noche del jueves, en Apolo, antes del inicio del concierto, se respiraban nervios de fan y se oían gritos por cualquier movimiento preparatorio sobre el escenario. Taylor se ha referido en alguna ocasión a John Lennon como su ídolo. Esos gritos no tenían nada que envidiar a los que oirían The Beatles en su gira por EEUU de 1965.

Los antiguos conciertos de The Pretty Reckless tenían cierto elemento de peligrosidad. Taylor podía vestirse (o desvestirse) de forma insinuante y el público acceder al escenario en clímax finales no exentos de exhibicionismo. Lo del jueves fue diferente: la artista no remarcó su físico (el look era 'all black everything', como defendía Jay Z) y nadie pudo subir a escena porque para ello debía superarse un foso bien vigilado.

PARA BIEN O PARA MAL, MUY PROFESIONAL

Fue todo, para bien o para mal, muy profesional. Una artista con buenas dotes vocales y una banda capaz (viejos lobos con un pasado en el grupo Famous, no tan 'famous') tocando canciones no excesivamente originales con precisión y, cuando era necesario, toda la rotundidad. Arrancaron con la 'bluesy' 'Follow me down', tema inicial de su segundo disco, y se escuchó casi más al público que a la estrella. Lo mismo con 'Since you’re gone', del debut del 2010. Esto huele a pequeño fenómeno hard rock. El ritmo se aceleró con la trotona 'Oh my god', de fraseo muy Motörhead y estribillo muy Nirvana, pero el éxtasis popular tocó techo con 'Make me wanna die', un combinado de pop y rock no tan lejos de Pat Benatar, dicho como el mejor cumplido.

"¡Taaaaaaylor, Taaaaaaylor!", gritaba sin cesar el público ante el, imagino, cierto dolor del resto de los Pretty Reckless. Ella es la estrella y aquí hay gente que la seguirá allá donde vaya, se concentre en las tormentas eléctricas o en las baladas para la radio: 'Just tonight', con sus ecos del 'What you’re made of' de Lucie Silvas, apunta en la segunda dirección.