El sentido de ser humano Ex_Machina

Alex Garland

En su debut como director, el escritor y guionista Alex Garland da nuevos aires al concepto de la inteligencia artificial a través de un relato que reinventa la historia de Frankenstein en tanto que retrato del empeño del hombre en usar la tecnología para jugar a ser Dios -dos siglos después, su arma secreta no es el flujo de electricidad sino el de información-, y de cómo su habilidad para crear excede su capacidad para sentir.

Mientras escenifica los juegos de poder entre sus tres protagonistas -un triángulo amoroso en el que solo dos de los componentes son humanos-, Garland logra sumirnos en el desconcierto, empujándonos hacia una pista falsa y luego hábilmente dirigiendo la trama hacia un camino muy distinto, y en el proceso, mostrando un control meticuloso de la atmósfera. En todo caso, Ex_Machina es una película de ideas, y hace todo lo posible para mantener la historia al servicio de esas ideas en lugar de responder estrictamente a la creación de tensión e intriga.

Garland se pregunta qué compone la identidad humana y en particular la femenina -y medita sobre los abusos que los hombres infligen a las mujeres--; explora las fronteras emocionales que separan a los humanos de los robots -más que de inteligencia artificial, Ex_Machina habla de afecto artificial—, y sobre todo se cuestiona ¿qué valor tiene la humanidad si puede ser tan exactamente replicada? ¿Y qué pasaría si una sociedad poshumana sustituyera a la nuestra? Nada tan malo, pa-

rece ser la respuesta. N. S.