FESTIVAL BARCELONA NOVELA HISTÓRICA

Del primer al último califato

Jesús Sánchez Adalid traza coincidencias y discrepancias entre pasado y presente en 'En tiempos del Papa sirio'

Jesús Sánchez Adalid.

Jesús Sánchez Adalid. / FERRAN SENDRA

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Tras la caída de Toledo tras la invasión islámica, su arzobispo huyó a Roma, donde fue recibido como un cobarde y abucheado por la población. Pero el papa Constantino salió a recibirlo y lo acogió con los brazos abiertos. "Era sirio, y había pasado por lo mismo. Quería explicar esa historia, me parecía muy interesante", explica Jesús Sánchez Adalid, que acaba de publicar 'En tiempos del Papa sirio' (Ediciones B) y ha participado en el debate 'El islam y nosotros, en la literatura' del festival Barcelona Novela Histórica.

Sin embargo, el grueso de la novela se centra en lo sucedido una década antes en Damasco, cuando la tolerancia del califa hacia una de las primeras comunidades cristianas, si no la primera como tal, da paso a una mayor exigencia, y a revueltas y represiones. "No hemos pensar que la historia repite, porque no lo h ace, pero salvando las distancias cuando el DAESH se está autodenomiando califato está mirando directamente hacia esa época", explica Sánchez Adalid.

¿CÓMO NOVELAR LA HISTORIA DEL ISLAM?

La historia que relata, con rebelión de los cristianos maronitas desde sus montañas libanesas incluida, podría dar pie a un discurso que nada tiene que ver con el que pretende este sacerdote extremeño, prolífico autor de novela histórica. ¿Cómo escribir sobre el pasado del islam? "Es muy difícil abordarlo sin apasionamiento, porque para los occidentales siempre ha sido lo totalmente otro, lo exótico que nos fascina y lo que nos produce miedo y desconcierto", explica Sánchez Adalid, conocedor de la cultura árabe y que se ha aproximado a ese mundo en otras novelas como 'El mozárabe', 'Alcazaba', 'El cautivo' o 'La sublime puerta'.

"Sobre todo, no construir un mundo de buenos y malos. Se debe recordar todo lo que han hecho sufrir las barbaridades de Occidente, desde las cruzadas, que fueron otra expresión de fundamentalismo, hasta las desastrosas intervenciones modernas. Merecen mucho respeto los musulmanes que están sufriendo el efecto del yihadismo o de la islamofobia que ha desencadenado, que están sufriendo los niños en los colegios, o quienes no se sienten tan bien en la calle porque la gente identifica al musulmán o al terrorista", sostiene el escritor. Al mismo tiempo, advierte, el reto salafista, solo puede sorprender "desde el desconocimiento de la historia". "Cíclicamente en el seno del islam se reproduce el fenómeno mahdista, crisis fundamentalistas que se repiten", y que a la vez que son guerras civiles entre musulmanes "son los cristianos los primeros que las sufren". Y que, está seguro, seguirán sufriendo. "Esto va a ir a más, las guerras que se han iniciado en Siria e Irak agitarán aún más el avispero, y van a durar, porque el fundamentalismo está incardinado en generaciones jóvenes".