ARTE LAICO EN UNA CAPILLA DEL PIRINEO

Un retablo del siglo XXI

La ilustradora Roser Capdevila recrea la historia de Pinyana en la iglesia del pueblo

El retablo de la creadora de 'Les tres bessones', Roser Capdevila, en la iglesia de Pinyana.

El retablo de la creadora de 'Les tres bessones', Roser Capdevila, en la iglesia de Pinyana.

CARME ESCALES
BARCELONA

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Las noticias sobre posibles construcciones de mezquitas en Catalunya son, hoy día, casi más habituales que la creación de obras de arte laicas para templos católicos. Pero la iglesia del pequeño pueblo de Pinyana, una pedanía de El Pont de Suert (Alta Ribagorça), está a punto de estrenar una. Es un retablo cuyas imágenes y autoría lo hacen singular. Sus seis paneles no narran calvarios, penitencias ni martirios. Recrean la historia de este pequeño núcleo de montaña, que es la de tantos otros pueblos pirenaicos. La creadora de Les tres bessones, Roser Capdevila, firma la obra, concebida como regalo a un pueblo -con el que ella guarda vinculación familiar- que ha resucitado tras haber sido abandonado totalmente, en los años 60. El estilo con el que lo pintado es el mismo que el que la ha hecho célebre.

El próximo sábado, Pinyana celebrará su fiesta mayor, en honor a su patrón, San Gil, una festividad que esta pequeña población ha recuperado y viene celebrando, fielmente, desde 1993. Se aprovechará la jornada festiva para inaugurar, además del retablo de la propia Capdevila, el alumbrado público y las placas con el nombre de sus calles, en las que hoy figuran, de nuevo, seis casas habitables.

Casas derruidas

Cuando Dolors Ciutat llegó por primera vez a Pinyana -en los 80-, se encontró con un panorama similar al del Benaura que Manuel de Pedrolo describe en Mecanoscrit del segon origen. «Todas las casas estaban derruidas. Solo la iglesia se mantenía en pie, aunque en el 2002 también se vino abajo porque el tejado cedió», explica Ciutat. «Fui allí porque quería conocer el pueblo de mi abuela paterna, que dejó Pinyana para casarse en Montserrat y ya no volvió. Se quedó a vivir en Lleida, donde murió joven, cuando mi padre era un bebé. Él falleció cuando yo tenía 11 años, y nunca habíamos ido al pueblo», señala.

Siguiendo la pista de descendientes del núcleo y aunando voluntades, se constituyó la asociación Amics de Pinyana. «El Ayuntamiento de El Pont de Suert, ahora convergente, y antes socialista, ha sido siempre extremadamente sensible con la recuperación de Pinyana», dice Ciutat. Con subvenciones del Institut d'Estudis Ilerdencs, la Diputació de Lleida, el Consell Comarcal y el consistorio de El Pont, arreglaron la carretera para que llegaran los camiones con material para reconstruir las casas. Y volvieron a instaurar la fiesta mayor, que ha contado siempre con pregoneros «representantes de la cultura», apunta Ciutat. Joan Perucho, Ignasi Riera, Josep Maria Bricall, Jaume Aurell, Ramona Violant y Josep Pernau han precedido al escritor Pep Coll, el invitado de honor este año.

Capdevila también fue pregonera. El sábado, volverá para presentar el retablo que ha hecho, a medida, para una pequeña capilla lateral, vacía, de la iglesia. «He seleccionado músicas para explicar cada cartela donde narro, desde la edad de piedra, a través del dolmen de Pinyana -conocido comola casa encantada-, la fundación del pueblo y su etapa autosuficiente». La artista ha dibujado también el camino del éxodo: «Cuandolo mossèn, para cuatro hostias, prefiere irse a Tremp ylo metge,al Arnau de Vilanova de Lleida. Más tarde, llegan los descendientes, que hacen subir la carretera, la electricidad y el agua, y reconstruyen la iglesia».

Será el próximo sábado. Abrirá los actos una misa para venerar a San Gil, patrón de Pinyana y de todos los pastores. La guinda será el nuevo retablo de Capdevila.