INTERFERENCIAS

Viejos adjetivos, nuevos nombres

NANDO CRUZ

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¿CICATRICES EXPERIMENTALES?

Angustia experimental, pesadillas industriales, elegancia aterciopelada, folk doloroso, oscuridad industrial, experimentación abrasiva, cicatrices experimentales... Son algunos de los titulares que encabezan las fichas descriptivas de la web del festival que actúan este año. Cuánto daño hemos hecho la prensa musical especializada con este cada vez más manido catálogo de palabros que ya no significan nada. "¿Artesanía emocional?", leerá un espectador. Y su colega exclamará: "¡Corre! ¡Yo no me lo pierdo!".


EL RUGIDO DE LA GRÚA

El silencio con que el público atendió ayer el concierto de Julien Baker era perfectamente comparable al que se respira en uno de Joan Baez en el Palau de la Música. La diferencia es que el de esta jovencísima cantautora estadounidense era su debut en Europa. El único ruido molesto era el rugido de la grúa que levantaba un yate a menos de cien metros del escenario. Si hechizó a alguien, solo con su guitarra y esa voz como de Cristina Llanos (Dover) endulzada, lo rompió en cuanto miró la hora para ver si tenía que acabar el concierto. Justo entonces cantó una en la que decía: 'estropeo todo lo que hago'.


EL RECLINACABEZAS DEL COCHE

La menuda Julien supo que se le acababa el tiempo en cuanto oyó música del escenario vecino. Allí estaba el también jovencísimo y estadounidense Will Toledo y su banda, Car Seat Headrest. A veces sonaba como si Pavement hubiesen ensayado tres días seguidos en algún momento de su carrera. Otras, como si los Strokes aún no se hubieran planteado si querían ser famosos y seguir siendo ricos. En general, como un grupo de indie-rock de hace 25 años. Y para despejar dudas, tocaron una de Radiohead. Todo lo desafiante que puede ser un grupo que decide llamarse Reposacabezas de Asiento de Coche.


EN EL CENTRO COMERCIAL

Toledo tiene 23 años y Baker solo 20. Tal vez no sepan que dar tu primer concierto en España ante cientos e incluso miles de espectadores es una inmensa suerte, pero, ante todo, un espejismo. Son tan jóvenes que tal vez nunca lleguen a saber que hubo una época en que para explicar tu ruta dentro del festival no tenías que decir: 'primero iré al escenario H&M, luego al Adidas, después al Heineken y, si tengo fuerzas, antes de ir al Ray-Ban pasaré por el Firestone'. Parece la conversación que tendrías en un centro comercial, pero esto es, en el 2016, un macrofestival 'indie'.