EL PREMIO DE HONOR DE LA ACADÈMIA DEL CINEMA CATALÀ

Pere Portabella, el otro triunfador de los Gaudí

La intervención del veterano cineasta causa impacto por su compromiso y lucidez en el análisis de la situación del cine en los tiempos de la revolución digital

Los cineastas Pere Portabella (izquierda) y Jaume Balagueró, durante la foto de familia de los premiados con el Gaudí.

Los cineastas Pere Portabella (izquierda) y Jaume Balagueró, durante la foto de familia de los premiados con el Gaudí. / periodico

JOSÉ CARLOS SORRIBES / Barcelona

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"El creador más loco se pega el discurso más cuerdo. Grande Pere Portabella". Lo escribió otro creador, mucho más joven, en su cuenta de Twitter desde la propia sala del Teatre Artèria Paral·lel durante la entrega de los Premios Gaudí de la Acadèmia del Cinema Català. La frase de Juan Antonio Bayona, el premiado director de El orfanato, resume perfectamente el impacto que causó, el lunes ya cerca de la medianoche, la intervención de Pere Portabella tras recorger el Gaudí de honor y del eco que ha seguido entre los usuarios de las redes sociales. Por su coherencia, por su elegancia, por su compromiso y por su clarividencia. No dejó Portabella ni un cabo suelto en un parlamento que debió improvisar en parte por la muerte de Antoni Tàpies, a quien quiso homenajear como una personalidad "ejemplar y admirable", y un exponente de las vanguardias que convirtieron a Catalunya el pasado siglo en una avanzadilla en todas las áreas de la cultura.

Tuvo primero un recuerdo para su antecesor en el Gaudí de honor, el fallecido actor Jordi Dauder. "En este momento escucho su risa de radical republicano que siempre te seducía". Las personalidades de Tàpies y Dauder le avalaron en su convencimiento de que "no puede separarse el arte y la política". Tras esos homenajes, pasó a detallar una exhaustiva y optimista radiografía del cine y del género audiovisual en estos tiempos de revolución digital.

"Se dice que el cine pasa por momentos díficiles, pero creo que está en un momento exultante". Y si los sistemas de distribución y exhibición han quedado "obsoletos", comentó Portabella, también es cierto que el espectador ha pasado a ser "un usuario que quiere participar". Como muestra de su optimismo, el veterano cineasta sentenció: "Sin salir de casa, con dos ordenadores y  captura de imágenes, puedes competir con las películas de Hollywood, con las de Spielberg". "El cine se ha de instalar en la pantalla global", añadió.

"Sin los otros, no eres nadie"

Portabella puso en primer término "la libertad y el factor creativo" y también quiso ser optimista en la "correspondencia económica" que en estos tiempos de la "nube digital" han de recibir los sectores de producción y creación. "Pero el valor de uso de discos, libros o devedés se impone sobre el valor de posesión". En Estados Unidos, afirmó, "la gente paga" por ese uso. "Lanzo la idea de que el cine no está separado del arte, de que nadie se escapa de la política y que el compromiso forma parte del conjunto". Y cerró su intervención con otra frase para guardar: "Yo me formé dentro de las vanguardias artísticas y la clandestinidad política... Hemos de ser permeables, hemos de ser contaminados, lo que nos enriquece porque nos permite a conocer a los demás. Sin los otros, no eres nadie".

Ese fue el cierre de su apasionado parlamento. Pero no lo hizo todavía del escenario. Joel Joan volvió a reclamar su presencia y Sol Picó le invitó a bailar Under my skin, de Frank Sinatra con voz del presentador Xavi Mira, y el maestro Portabella no eludió, ni mucho menos, la invitación. Estuvo igual de sobresaliente que en los minutos anteriores.