THRILLER

'Perdida', cinismo, violencia y contención

★★★

Estreno 10 de octubre

David Fincher

Intérpretes: Ben Affleck, Rosamund Pike, Neil Patrick Harrus, Tyler Perry, Kim Dickens, Patrick Fugit, Carrie Coon, Kathleen Rose Perkins, Missi Pyle • Título original: ‘Gone girl’ • EEUU • 145 minutos 

QUIM CASAS

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El cine de David Fincher bascula entre la evidencia (Seven, La habitación del pánico, La red social) y todo aquello que permanece en la sombra, es misterioso o está fuera de campo (The Game, El club de la lucha, Zodiac), con alguna apuesta por la fantasía filmada como si fuera una realidad (El curioso caso de Benjamin Button). Su última película, Perdida, tiene algo de lo primero y de lo segundo. Es, como La habitación del pánico, un juego formalista. Es, como Zodiac, un relato inquietante entre pliegues de evidencias y sugerencias.

¿Importa, dentro del juego propuesto por Fincher, que sepamos o no si el personaje de Ben Affleck es culpable del asesinato de su esposa? ¿Es tan determinante el vuelco que da el relato pasado su ecuador? Cineasta de la forma, pero también del contenido, Fincher equilibra en Perdida los platillos de la balanza. Su thriller se convierte en retrato de la pobredumbre moral de toda una comunidad. Sus figuras centrales dejan en algunos momentos de ser gravitatorias para que la sociedad estadounidense, ejemplificada en los familiares de los protagonistas, secundarios o medios de comunicación, quede reflejada sin tapujos. Las relaciones interesadas de pareja se exponen a la luz del día y el desarme emocional de los personajes, caracterizadas por su cinismo, es bien patente. Perdida no deja de ser un filme aterrador, pero no por sus sospechas hitchcockianas o su sangre: aterra la singularidad de la mente humana.